Friday, March 12, 2021

home(t)raveling 4.0: semana 192

el equipo D (con D de Derrumbe,
Destrucción y Desahogo)


Hacia finales del pasado verano, nuestro fantástico equipo A (con A de Albañiles) vino a destruir la ruina del establo, dejando en su lugar una bonita, amplia y soleada terraza con vistas al monte. Pueden (re)descubrir los detalles de esta gran aventura en tres capítulos aquí, aquí y aquí. ¡Toma!
ruina ruinosa busca equipo De-moledor para ¿echar polvo?

A continuación, vino un equipo B (con B de "y qué tal trabajan estos? Bueeeeeno...") para realizar la impermeabilización de dicha terraza, con bajantes y colectores de agua de lluvia y aglunos que otros acabados. El correspondiente post aún no está escrito, pero publicaremos noticias en cuanto podamos... El equipo C (con C de "Che Wallis, y estos ¿quiénes son?") por suerte nunca apareció ya que se desconocían tanto sus intenciones como su papel en el proyecto. Y finalmente, entramos nosotros en juego después de meses rascándonos los hue dejando trabajar a los profesionales (mentira: también estuvimos haciendo cosas mientras tanto, como descubrirán pronto). Nosotros eramos el equipo D, con D de Derrumbe, de Destrozo y de Destrucción! Teniendo la "casa" habitable y más o menos acabada ya, y con el establo convertido en terraza antes de haberse caído al suelo, tan solo nos queda por ocuparnos de la gran ruina de la "grange". No tenemos energía ni presupuesto para gestionar esta parte ahora, pero siempre se puede ir vaciando y saneando. Entonces, decidimos este otoño de sacar toda la mier todo lo que queda de paredes, suelos y vigas. Una operación de limpiado al vacío para ganar paz, tranquilidad y calidad de sueño: con esta intervención, tendremos sanada y estabilizada la última zona y el último trozo gordo del proyecto. Por lo menos, dejarlo todo vacío y en orden... pa' luego pensar y construir una segunda vivienda. La de la jubilación? Ja ja.. Buhuhuuu! :'(

debajo del hieso, un entramado que parece medieval... bueno, tampoco nos pasemos. 
Resumiendo: a finales de julio terminamos de quitar el suelo de la planta 2, en setiembre un Futuna con cuerda y harnés quitó todas las vigas y en noviembre dimos los primeros mazasos en las paredes de la planta 1. Se trataba de un hermosísimo entramado de madera rellenado con piedra y mortero de cal. Un siglo o dos o más. Todo un crimen pero también, mucho peso aguantado por una capa espesa y super enganchada de hieso viejo. Muy natural, eso sí. Sano y bastante fácil de separar para su reciclaje. Con cubos y polea, fuimos sacando y bajando el mortero - la única parte que llevamos a la déchèterie para su eliminación (el mortero de cal es inerto y se puede utilizar como relleno en construcción y terraplenes). La piedra se quedó aquí: un material reutilizable ad aeternam para futuros proyectos, a coste 0 y km 0, sin producir CO2 ni resíduos: ¡el santo Grial de la eco-construcción! También nos quedamos toda la madera aquí: por un lado piezas que podrán ser reutilizadas para construcción y proyectos varios ; por el otro, todo lo demás que se recorta para quemar en la estufa y calentar la casa.

 He aquí una secuencia fotográfica que habla más que mil palabras, o eso esperamos:

separación de materiales para reciclar: piedra y madera pa' reaprovechar ; hermosas paredes de entramado y cubos pesaos de mortero pa' tirar.
Muy bien. Llegados a este punto, eran principios de enero. Habíamos reservado ya nuestro equipo A favorito para que volvieran y sustituyeran este suelo de vigas y parquet de la primera planta (bueno, medio parquet solo: la mitad de vigas ya no tenían na' encima) por un plancher de hormigón armado. Eso que en francés llaman hourdis béton: una estructura nada romántica, pero que le daría solidez y cohesión al conjunto de paredes viejas de esta casa vieja. Sin presupuesto para que hagan ellos la destrucción y evacuación de resíduos al vertedero local, pactamos que nosotros lo dejaríamos todo listo: vacío y limpio, para su intervención. Ellos habían dicho que vale, de acuerdo, y nos habían reservado la primera mitad de febrero para hacer el trabajo. Primera mitad de febrero. Nos quedaba un mes. Un mes. 

- emoticono de terror al estilo Grito de Munch -

Y más imágenes del curro que nos pegamos entonces los dos, Wallis y un servidor, en los siguientes quince días:

1º más destrucción, más piedras, más cubos, más madera vieja y... ¡más dolores de espalda!
2º el cuartito ya no está, la viga grande tampoco. Ahora "solo" queda la pared grande de en medio, cuando el suelo solo está a medias.
3º la pared grande de en medio colaboró todo lo que pudo hasta que, luego, se fue sin más (y sin aviso previo) ; nadie resultó herido de milagro.
Durante todo este tiempo, la casa se portó muy bien y nos trató mejor: bajamos (con la ayuda providencial de A. y G.) una viga de 7 metros hasta el suelo ; tumbamos unos 32 metros cuadrados de pared al suelo, subidos en unas escaleritas de m---, en equilibrio encima de un parquet muy, pero que muy precario ; tiramos cantidad de piedras y piezas de madera por la ventana... Todo esto sin el más mínimo problema ni accidente. Tan solo pasamos un buen susto cuando el último tramo de pared (ver fotos 2 y 3 aquí encima) se vino para abajo de un mazazo para otro, mientras Futuna lo golpeaba desde un panel de aglomerado colocado sobre las vigas del "mal lado" (entender, esta placa de m--- que se aprecia en las mismas fotos 2 y 3). Otro emoticono de terror al estilo Grito de Munch: aaaaaaah!

Pero resulta que el 21 de enero a la tarde, la cosa se veía así (y nosotros nos abrazamos muy fuerte y un buen rato):

Misión (casi) cumplida: apreciarán el espacio dejado por todo lo que quitamos y ya no está ocupando sitio aquí en medio ;)
Sacar lo que quedaba de suelo podrido y carcomido fue fácil. Una formalidad. Extraer todas estas últimas vigas no tanto, pero con la energía y la alegría de quien ve ya el final, pues fue cuestión de una semana más, aprovechando cada rato fuera del horario laboral (claro: a todas estas, seguimos con un curro cada uno, una hijita encantadora y las mil cositas de la vida cotidiana). Aprovechando también el miércoles - nuestro día "libre" - para evacuar cosas al vertedero con un pequeño camión bolquete de alquiler... Aquí conviene hablar en plata*: los paletas nos pedían 3.500 euros para derrumbar todo esto y evacuarlo al vertedero (como profesionales, tienen que pagar cada tonelada que dejan allí ; los particulares, no). No teníamos este dinero, así que lo hicimos nosotros. Tardamos 3 miércoles con el camioncito de alquiler, 3 viajes al vertedero cada vez y alrededor de 1 tonelada de carga por viaje. Guardamos los tickets de la báscula del vertedero de tan orgullosos que nos sentíamos: aun quedándonos acá las piedras y la mayoría de la madera, ¡casi 9 toneladas de m--- sacamos y evacuamos entre los dos! Y el 31 de enero, finalmente:

la grange, aka "la ruina", aka "nuestra futura casa de dentro de 15 años", vacía ya de una vez: a que sembla una catedral (sin los vitrales, claro).
Cinco días después, un viernes al mediodía, llegó el equipo A a descargar e instalar su material. Estuvieron un par de semanas preparando y armando todo: anclajes periféricos, viguetas de hormigón armado, puntales... Luego vinieron la hormigonera y la bomba. Y en menos tiempo del que tardo en escribir y maquetar un post de este blog, ya se habián ido todos. A mediados de marzo, el plancher estaba seco y sólido. Regresaron tres o cuatro días más para desmontar todos los puntales, sacar el encofrado de un pilar que les encargamos para la entrada de la cercha, así como para picar y darle una pasada de mortero de cal al muro Este, el más fastidiado de todos (y los otros esperarán unos años).

A principios de marzo: el plancher está seco ; se ve el encofrado de la columna para la entrada de cercha ; el muro Este todavía está tal cual.
A mediados de marzo: ¡ya está todo! el muro Este está reforzado y revestido con mortero ; les presentamos por la ventana a un nuevo inquilino ; y les dejamos con vista en perspectiva de la futura planta baja de nuestra futura casa de dentro de 15 (o más bien 20) años...

El mes de enero ha sido absolutamente agotador y estamos ya en las puertas de la primavera. Así que con un trimestre de retraso, pero con todo este cachito de más (que no es poco), declaramos terminados el home(t)raveling 3.0, la temporada 2020 y prácticamente la fase I de la obra de nuestra Sagrada Familia!


Volveremos pronto
con más cositas:
la nuestra es
una larga
carrera
;-)
Besos
y abrazos,
Wallis, Futuna y Tonga


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* Hablando en plata: Alquiler de camión bolquete para 1 día: 15 euros, más seguro adicional: 8 euros. Hicimos 3 viajes por día, con el vertedero a 7 km de casa, más el trayecto del super a casa ida y vuelta: 15x3 + 4 = 49 km a 0,34 euros el km = 17 euros. Relleno de diesel = 7 litros a 1,40 = 10 euros.
Total para 1 día = 15+8+17+10 = 50 euros todo incluído. Tardamos 3 días parecidos (3 viajes cada vez) para evacuar todo ; o sea, 150 euros.
Aprovechamos esta tarea para comprar un polipasto de cadena de 1.000kg, que usamos para manejar las vigas más grandes y que tendremos para fututos proyectos. Inversión de: 49,90 euros.
Inversión total: 200 euros (y algo de dolor de espalda) vs. los 3.500 eurillos que nos presupostaron los paletas. ¡Ole nosotros! 



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