(pequeños proyectos para la primavera)
¿el horror vacui como remedio universal ante el aburrimiento infinito? |
el lindo gatito, maestro del chantaje emocional: "¿me vais a abandonar otra vez?" |
1- El soporte para la compu, o "laptop stand":
De estos que os evitarán el síndrome del túnel carpiano, las garras de lorito, la artrosis cervical y seguramente muchas otras cosas como el sarampión o la obesidad... Se aprovechan trozos de cartón normal y corriente como por ejemplo alguna caja de la última mudanza y opcionalmente, papel de periódico o de aquel libro hortera que estuvo meses en el book-crossing sin que nadie se lo llevará y algo de cola para papier mâché (cola de pared o celulósica). Se cortan, pues, dos patas de soporte y dos o tres piezas transversales y se les hacen unas incisiones para encajarlas. Se puede forrar todo con papier mâché para que quede más limpio y más sólido. La idea es conseguir una estructura ligera pero medianamente rígida y con un ángulo cómodo para mirar la pantalla. Un teclado adicional es lo más de lo más, está claro. Encontrarán cantidad de diseños y ejemplos online, por si (hace) falta inspiración. Dicho eso, lo hicimos a ojo y salió más o menos guay: o bien tuvimos suerte, o es que tampoco tiene mucho secreto. Un par de horas y está la cosa hecha; con una noche de secado para el papier mâché ya se puede montar y estrenar. Proyecto ideal para calentar sin demasiada presión!
la cola de pared ; las piezas de cartón ; el rebozado de papier mâché ; el montaje y el conjunto listo pa' usar! |
2- El reloj "Fire, walk with me":
Este pequeño homenaje al agente Dale Cooper y la Laura Palmer es el segundo reloj de upcycling que hacemos con una tapa de bidón de químico: el primero fue en casa de nuestro amado A. y lo podrán encontrar en una de las postales de la sección Handmade with love de este blog. Este surgió de una expedición a la isla (os acordáis de la canción "Il suffit de passer le pont"?) esta tapa de inflamable tan oxidada y corroída que parece que el mismo metal se quemó... Se aprovecha cualquier mecanismo de reloj chino y lo más difícil del proceso es hacer un agujero con taladro y broca para metal en el centro (o no tan en el centro) de la chapa. También vale la pena, aunque parece una chorrada decirlo, pintar o pegar o gravar las horas con cierta precisión porque al final, si hay que luchar y acercarse para decidir si son las tres y media o las cuatro y media, la utilidad del reloj se pierde un poco... Última opción: se puede hacer un reloj cuántico "El poder del ahora" (hicimos uno hace tiempo en Barcelona) con solo los segundos, o con la palabra "AHORA" escrita en sitios medio aleatorios alrededor del cuadrante... Poco práctico, está claro pero a la hora de sorprender a los colegas - y para gustos y colores, ¡eh!
mecanismo chino sacado de la basura ; tapa de bidón tan tóxico que casi se la come ; agente muy especial Cooper ; horas rollo blackmail. |
3- El caballete para cortar la leña:
Uno de nuestros queridos vecinos, el señor de O., jubilado y simpático, hortolano emérito y ganadero de conejos, venía quejándose de su viejo caballete para cortar la leña: se encontraba medio podrido ya de llevar veinte años y más a la intemperie. Así que le ofrecimos, pues, hacerle uno nuevo con algunos de los palets que teníamos acumulados en el sótano. El señor de O. le puso una condición tan clara como estricta: que sea el nuevo idéntico al viejo, ya que aquel le convenía muy bien, de forma, de tamaño y de diseño. Una oportunidad perfecta para apagar el cerebro y copiar sin vergüenza ni recurrir a la más mínima imaginación! Nuestra única aportación al trabajo fueron los encajes à mi-bois donde se cruzan las patas y una traversa extra justo allí en medio. Material: un par de palets de tamaño estándar pero un poco fuertes, clavos y tornillos reciclados, cierra (japonesa en este caso, aunque no es ni indispensable, ni siquiera una ventaja para un trabajo tan basto), martillo, pinzas, papel de lija bien grueso y algún cincel para hacer los encajes (no son necesarios, es más para el placer de...).
la materia prima ; el modelo viejo ; las patas encajadas ; los soportes ensamblados ; el montaje acabado; los parecidos razonables. |
4- Los ganchos y agujas XXL para tejer:
Hay una mitad del equipo a la que le encanta tejer gorros, cuellos y hasta calcetines de lana, cómodos, túpidos e hiper-mega-calientes. Hasta que llegue la primavera y que escalar le robe el título, tejer ha sido EL deporte oficial por estos rincones del Pirineo. Lo maravilloso de tejer es que - según cuentan - cada lana y cada proyecto requiere sus ganchos o agujas específicos, del diámetro y del largo adecuados. Ir a comprar unos nuevos cada vez no solo sería un poco consumista-pasivo, sino que también las tallas un poco gordas (desde 10mm para arriba) son muy difíciles de encontrar en las tiendas... Si lo que buscas es, por decir algo: un gancho doble de 16 mm y 30 cm de largo para hacer cuellos anchos de tunecino, pues ¡suerte! Lo maravilloso de esto es que así, la otra mitad del equipo se puede entretener horas y horas con poco más que cuatro palos y una navaja Opinel. El avellano y la haya, muy comunes por acá, dan ramas bastante rectas, flexibles y de tamaños compatibles con las necesidades de la más exigente Penelope doméstica. Ya que valen más que mil palabras, acá tienen unas imágenes (y en handmade with love, nuevamente, encontrarán más informaciones sobre del proceso de fabricación).
5- Y por fin, al volver el buen tiempo:
Pudimos salir al patio a jugar con los amiguetes. Ganas no faltaban, así que motivamos a las tropas y cambiamos las manualidades indoor por otras de roca y cuerdas... Con nuestros queridos G. y J., británicos escaladores y cat-huggers afincados en l'Ariège ; con nuestro no menos querido A. (que vive lejos pero es muy cumplidor a la hora de hacernos visitas de rutina para escalar, jugar al Catan, debatir y/o discutir) ; con nuestra no menos querida C. que supo encontrar hueco en su agenda y dejar a sus hijas y marido para 24 horas y 1 vía larga: con entusiasmo y MUCHO estilo (vean abajo). También le dedicamos algo de nuestro tiempo a hacer cositas por la huerta - aunque muy a mínima, como descubrirán siguiendo la temporada 2 de Hortraveling - y bastante más a las tareas remuneradas que todavía nos ocuparán un par o tres de meses. Saben, ¿no? Tareas de esas que se suelen llamar "trabajo", aunque a nosotros no nos gusta tanto la palabra, ya que tiende a establecer una jerarquía entre lo laboral y lo ocioso. Al fin y al cabo, todo eso es vida y pasarlo bien con amigos, sacia bastante el hambre. Al fin y al cabo, hay que comer pero del huerto también se come bastante. Etc. Etc. Después de estos p.p.p.p., llegarán unos p.m.g.v. (proyectos más grandes para el verano) y para el resto del año, pero eso es otra historia. Así que: paciencia. ¡Voilà!
la C. presumiendo de estilazo en el pasito fino del primer largo de Rio (200m, 6a): si supiera(n) lo que le esperaba en la última tirada... |
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* Por extraño que les parezca, "el lado oscuro de Internet" fue una verdadera conferencia-debate en el centro cultural del pueblo nuestro, a la que acudieron unas 15 personas además de nosotros. Pretendía dar a conocer con un documental la historia del Internet libre, de la cultura hacker y de sus actores históricos desde los pioneros hasta Aaron Swartz. En el debate que siguió la proyección, la primera reacción del público (mujer de unos 50 años) fue la siguiente pregunta al presentador: "Mi modem ha dejado de funcionar anoche y ya no se abre mi mail, ¿será culpa de un hacker? ¿qué me recomienda que haga?". La segunda intervención del público (hombre de unos 35 años) fue para revelar que el Internet pertenecía a un complot de los Bilderberg que controlaban Google y nos espiaban para cumplir con su agenda de apocalipsis global. ¡Bienvenid@s en Ariège!
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