Después de casi dos semanas
wwoofeando al sol y a la intemperie, dejamos C., su pequeña comunidad de neo-rurales, sus huertos y su jauría de perros - uno de cuales, representante del género borrego, tenía ciertos disturbios de la identidad. Era un jueves a la tarde, teníamos ganas de descansar y de hacer un poco de turismo antes de arrancar con el siguiente Helpx. Así pues, nos fuimos de C. no sin pasar antes por el centro del mundo, en le Fréchou! Camino de G., en el norte del Lot, aprovechamos para visitar Nérac, su castillo de Henri IV y su pizzeria MixTa, antes de atravesar hectáreas y hectáreas de frutales, maíz, colza y girasol...
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algunos de los perros de Béoulaygue! |
el castillo de Henri IV, en Nérac. |
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"aquí el 20/07/2001, se demostró (¿?) que Le Fréchou es el centro del mundo." |
Visitamos Agen y cruzamos bajo una fría llovizna su famoso e impresionante puente-canal que permite al Canal du Midi (o Canal de los dos mares) saltar por encima de la Garonne. En ese caso, ¿quizás deberíamos llamarlo un canal-puente? Esta obra monumental de los arquitectos de Job y de Baudre fue construida entre 1839 y 1847 y lamentablemente bastante poco usada, ya que la línea de ferrocarril entre Toulouse y Bordeaux le robó protagonismo ofreciendo una alternativa rápida y barata al transporte de mercancías. Como si no fuera suficiente, el título de puente-canal más largo de Francia también le fue robado menos de cincuenta años después cuando, en 1896, se inauguró el de Briare, construido encima de la Loire y más largo de casi cien metros.
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excursionistas-pensionistas por el canal-puente-canal. |
Pero eso, por suerte, a los habitantes de Agen, no parece que les preocupe demasiado. Se acomodan de esta doble ofensa ya que el tráfico en su querido puente-canal sigue intenso con muchas
péniches de turismo, muchos cicloturistas aficionados al paseo sin desnivel y muchos excursionistas jubilados con palos y bambas de colores pastel del Decathlon...
Seguimos por la D813, pasando de largo (aunque nunca se está lo suficientemente lejos...) la central nuclear de Golfech. Cruzamos por Moissac la belle, pátria y puerto del Comandante J.Y. Cousteau, para luego salir de la guía Michelin y entrar en un mundo de carreterillas zigzagueando entre campos y bosques de encinas, camino de Saint-Antonin Nobleval. Unos kilómetros antes de llegar a este cotizado pueblo medieval, nos dieron la bienvenida las paredes del desfiladero del río Aveyron. También nos recibieron un cielo gris, un viento helado y una lluvia fina, a pesar de las promesas de Météo-France: sol, sol y sol! Los que siguen nuestras aventuras verticales lo habrán deducido: paredes de roca y mal tiempo se encuentran cada vez nos proponemos escalar (por qué, por qué, por quée?!!!). Un poco
jodidos pero contentos, cenamos con vistas, nos dormimos mecidos por la pulsación de las gotas de agua sobre el techo del TRANSITion! y nos despertamos para descubrir un cielo azul, un sol radiante y nubes de condensación subiendo de los prados, bosques y frutales. Elegimos el pequeño sector Amiel, uno de los pocos con vías de sexto grado (por lo visto Saint-Antonin es un templo francés de los séptimo y octavo grados...) para desperezar los cuerpos entorpecidos por días de trabajo agacho-acuclillados de quitar malas hierbas y recoger fresas Mara des Bois. Aún en los grados fáciles, las vías eran duras, de continuidad, con arranque explosivo, desplome constante, pasos de bloque y agarres pequeños, malos o muy sobados: un bálsamo para el
ego, vamos! A mediodía, nos encontramos con D., L. y el peque Z., que vinieron a visitar: -nos y la zona. Anduvimos por las callecitas de Saint-Antonin, probamos unos helados artesanos y jugamos un rato con la
slackline en la luz del atardecer. Cuando se fueron para su casa, embarcamos nosotros en la nuestra y continuamos rumbo al norte, cena y noche en los confines del Lot y del Tarn-et-Garonne, en medio de la nada. Paseamos al sol esta mañana por Saint-Circ Lapopie y paramos a comer en la placita de Cajarc. Resistiendo a la llamada de la siestecilla, navegamos hasta Figeac, donde nuestro querido Ronald nos ofreció con dos cafés
noisette su wi-fi gratis e ilimitado...
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el desfiladero del Aveyron en Saint-Antonin: kilómetros de paredes de caliza y una vida para escalarlas! |
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flower power y el TRANSITion! |
remando por el Lot. |
Saint-Circ, el peñon y el camino de sirga. |
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y una más en panorámico... |
Aquí estamos pues, bloggeando entre vapores de hamburguesas con queso cheddar y pepinillos calientes, canciones de los 90 que se escuchan entrecortadas y el rumor histérico de las familias que, visiblemente, no tienen mejor manera de pasar el rato un domingo de elecciones europeas (o quizás precisamente vienen a celebrar la consecución de su deber como ciudadanos... en fin, para qué juzgar a nadie). Nosotros no votamos, nada de lo que estar orgullosos, sobretodo viendo el panorama y las predicciones acá y allá... Uno tiene la democracia que merece, ¡o pronto la tendrá!
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