Friday, May 20, 2016

Hortraveling! s02e03 "disfruting in the making"


¿son fresas de Huelva? Pues no: son fresas de T.-sur-A....
Previously on Hortraveling: 
"Y como las alegrías nunca llegan de una en una, junto con la cosecha de los calçots, llegaron nuestros amigos los Oxalis, cuya hibernación se acabó con los primeros días de sol. Pero también nos llegaron las fresas que pulularon y se multiplicaron gracias a una política agresiva y audaz de incentivos para los estolones: reducciones de impuestos, ventajas fiscales, parcelas de tierra gratis y hasta subvenciones para quitarle el puesto a las lechugas y las rúculas! De tres pies plantados el pasado mes de abril tenemos más de diez ahora. Y las fresas prometen. Bueno, mejor dicho: las flores prometen. Bueno, mejor dicho: como nos despistemos, los lagartos se van a poner las botas. Y finalmente, como bien habrán entendido ya que esta segunda temporada de Hortraveling tiene más que ver con plantar sueños y proyectos que verduras, les dejamos para hoy con otra promesa de aventuras exóticas y de cielos lejanos, que estuvimos cosechando últimamente. La cosa avanza, el momento se acerca, los planetas se alinean y ya queda menos. Todo esto se está gestando con su ritmo propio y tomándose su tiempo. ¿Aguantaremos hasta que llegue la hora? Y cuando llegue, ¿estaremos listos? Pues seguramente: el más largo viaje se hace al andar y no hay camino, sino una primera pisada. O algo del estilo: ya se verá..."


Pues si: hubo fresas. Las hubo para comer, para regalar y para tirar. Las hubo para parar un tren o para construir un muro en la frontera con la Haute-Garonne e impedir que los Toulousains inmigren en masa hacia nuestra bella Ariège. Cada día era salir, llenarse los bolsillos y dejar que las merlas comieran el resto. Fresas de primera, y fresas de primero - pero también de segundo y de postre. Y finalmente, a medio camino entre primero y postre, hubo fresas hasta para alguna riquísima ensalada al gran estilo de La Cerería (Chavela se llamaba, ¿por dulce será?).

fresas, col lombarda, espinaca, hoja de roble y Calendula: ¡del hort!
Y así pasan los días - constata un engominao Nat King no sin una especie de tierna y cálida resignación ante lo ineluctable. Y yo, mirando una pantalla, ¿Y tu, pues tu, tambi-én. Qwerty, Qwerty, Qwerty... Como una manera sútil de hablar de esta primavera que vimos pasar, en la que estuvimos trabajando y trabajando. A modo de consecuencia, cuidamos muy poco del nuestro querido huerto. Nuestras incursiones en la zona verde, más allá de donde termina el wi-fi, fueron pocas y rápidas; hasta fugaces, se podría decir. Para recoger fresas y frambuesas ; para echarle un ojo muy por encima a los cultivos espontáneos ; para descubrir con una sorpresa mezclada de fascinación las flores del cilantro, del puerro, de la alcachofa. Hasta los tres calçots que quedaban (los que no cosechamos ni llevamos a la hoguera) nos regalaron su frágil florecer, sin rencor por sus compañeros sacrificados en el altar de la salbitxada/romesco versión Can la Marta. ¡Oh, el delicado espectáculo! ¡Oh, el milagro de la vida! ¡Oh, la promesa de nuevas primaveras! En fin...

Fieles a nuestra filosofía del dejar hacer - la más pura forma de permacultura que hay, basada en la teoría del Creador y del libre-albedrio llevado en bandolera: cuando uno no hace absolutamente nada tras haber plantado - tuvimos el privilegio de ver brotar re-tomates, re-espinacas, re-rúculas y alguna re-zanahoria por allí. Las aromáticas también, viváceas si las hay, pulularon y se expandieron a sus anchas por el bancal, a pie de reja y en el rincón del compost, donde el muro de piedras recibe y acumula todo el calor del sur. Tomillo, estragón, orégano, mentas, melisa, cilantro y romero: todo el sabor del mediterráneo en su huerta, en su plato y en su boca, ¡sin hacer nada! Hasta a quienes no aprecian ni las verduras ni los yuyos, el huerto supo también, en Abril y Mayo, regalar delikatessen y pequeños grandes placeres. Al gato Kunde, por ejemplo, su navidad (¡que no su San Martin!) le llegó en Pascuas y fueron las campanas las que le llenaron las patas -literalmente- de menjares delicados.
"¡Ole tus huevos, Kunde!": en el huerto primaveral, al final cada uno encuentra lo que más le gusta. y para gustos y colores...
Si bien era de esperar, la dominación indiscutible y total del Oxalis sobre cualquier otra forma de sociedad vegetal demostró que tal vez otro mundo no era posible. A la que nuestra intervención para regularlo aflojó, sus delirios de conquista se hicieron manifiestos y como si de una mancha de aceite se tratara, extendió su imperio sobre las tierras huertiles. La ley del más fuerte aplicada al monocultivo fortuito de especies invasivas ; el sueño del capitalismo botánico hecho realidad ; la prueba infalible de que los sistemas no siempre se auto-regulan y de que Thomas Piketty bien podría no equivocarse demasiado. Dicho eso, y si la zona de hortalizas sufrió bastante de nuestra falta de cuidado, la otra mitad de nuestra pequeña parcela (la zona pradera/pasto) no se cortó ni un pelo hasta que decidimos intervenir: cortándoselo nosotros.
el boom demográfico en los fresales y las muy últimas de la temporada.

Los queridos vecinos, siempre ávidos de distracciones baratas, nos prestaron una vieja guadaña para hacer un poco de heno (nuestra zona pradera está compuesta por una mezcla comercial "para gallinas": gramíneas con fuerte mayoría de ordeum murinum que se engancha en los zapatos, los calcetines y las orejas de las mascotas ; leguminosas con algo de ray grass, trébol y alfalfa). El destino de dicho heno eran los conejos del señor D.O. y por lo visto, nos tuvimos que dar prisa justamente porque las espigas de ordeum se estaban poniendo duras. Y cuando se ponen duras, el forraje lastima la boca de los pobres conejos y las espigas se les meten, justamente, en las desproporcionadas orejas. En fin... Allí estuvimos un par de horas al mediodía, con ropa negra de peus a cap, un sábado de mucho sol y de más calor, dándole con ganas y entusiasmo a la guadaña, procurando no auto-mutilarnos y encontrarle un poco el truco en el intento. Como decía el chiste favorito de nuestra querida M. - que sin dudas se reconocerá: "disfrutemos mientras podamos"... El Futuna en su traje de sudar dejó dos o tres kilitos de agua en el proceso, pero no se cortó una pierna y salvó la piel delicada de sus blancas manitas gracias al uso de los E.P.Is recomendados en el PNT "segar hierbajos con guadaña para dummies": con eso se quedó super contento. Los conejos quedaron super contentos por el rico y tierno forraje y según dijo el señor D.O., muy agradecidos (aunque no nos cayó ninguno en escabeche en un tupper, cosa que no nos hubiera importado). El maldito oxalis también quedó super contento ya que, al desaparecer la jungla que le tapaba el sol y le ocupaba el sitio, pudo invadir la zona de jardín que le faltaba. 

Futuna en plan "dale que te guadaño" ; pasando calor y con bigote ; la feina feta i ben feta ; al estilo FLNC y con filtro años 70.
Y finalmente el señor del invernadero, cuando le hablamos de nuestro problema de mala hierba con bolitas subterráneas, no se quedó contento en absoluto: nos miró con cara de compasión resignada; nos dijo que no había químicos que funcionasen y que no se podía hacer nada; nos dijo "pobres, mudaros si podeís"; y nos dijo que sí, algo se podía hacer: tapar cuidadosamente la parcela con una lona impermeable y estanca, esperar un par de años a que se muriera TODO el oxalis y volver a empezar de cero, rezando para que no vuelva a aparecer... Fue entonces* cuando decidimos avisar a la propietaria, poner nuestras cosas en cajas y llevarlas a unos amigos queridos para que nos las guarden, fer dues motxiles i un farcell, dejar el piso e irnos a dar una vuelta hasta donde lleguemos. ¡Y lo haremos! Bueno, estamos en ello... Mientras hablamos de ello, ya queda menos. Miren: las obligaciones y el alquiler del piso se acabarán en algún momento entre principios y mitad de julio, las cosas encontrarán su lugar en casas ajenas en el mismo plazo de tiempo (¡por cajones!) y las mochilas estarán en nuestras espaldas por el día 20 del 07. Ya es oficial la fecha, así que se la pueden apuntar en rojo subrayado en las libretas.


flores de re-puerro y caracol-que-se-siente-en-su-casa, a lo "flora and snail" de Klee ; nuestro frambueso y sus frambuesas.

En resumen: pues, poco más, la verdad. Fueron dos meses de mucho sol y mucha lluvia, algo de escalada y sobre todo mucho trabajo... Dos meses de poco huerto, pero dos meses de avanzar mucho - a pesar de los pesares - con estos planes nuestros de evasión, de mochileo y de fin del mundo. En breve se lo contaremos todo, así que no se despisten y esperen el próximo capitulo de Hortraveling!


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* Como bien imaginan, eso es una mentira de las gordas, cuyo único propósito es poder hablar finalmente del secreto que venimos gestando desde hace meses. Desde que nos instalamos en l'Ariège con la firme intención de volvernos a ir. Y desde antes incluso de salir con el TRANSITion! a dar vueltas por allí, de hecho. Un(t)raveling nació en 2012 con esa idea y parece ser que está llegando el momento de darle alas... Yuhuu!


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