Sunday, December 31, 2017

home(t)raveling: MES 6 - ¡medio año ya!

una tregua navideña (fica bem...)

Recién vueltos de dos semanitas en nuestro querido país vasco y de un par de días por el centro de Francia*, aterrizamos en casa cansados, exhaustos, petados, fatigados y agotados. A ver, eso del cansancio ¿no se acaba nunca o qué? Antes de caer enfermos, nos reunimos para decidir - como aquellos que salieron de sus respectivas trincheras para cantar cánticos por estas mismas fechas el siglo pasado - celebrar una (merecida) tregua navideña.

el cuarto de baño libre de amianto ¡y con 2 puentes térmicos!
Descansar, pasarnos la máxima posible cantidad de horas diarias en la cama y, en buenos mamíferos que no dejamos de ser, salir de ella solamente cuando el hambre o aquellas otras necesidades biológicas más fundamentales (aunque menos decibles) nos lo exigiesen. Esa tregua también incluía estrenar (y disfrutar de) un nuevo calentador de agua eléctrico, instalado justo el día de nuestra salida para allí la provincia 64: promesa de duchas al gran estilo hammam, de espesas nubes de vapor y de pieles enrojecidas. Ese era el plan. Y la estufa de leña encendida las 24 horas del día, y comidas ricas, y una dieta hipercalórica para recomponernos un poco. Parecía un sueño a la vez que una necesidad vital para Wallis, mientras que a Futuna, le seguía torturando el cristiano interior en forma de una incoercible culpabilidad por no estar trabajando en la obra. Con mucha diplomacia y algo de chantaje, él consiguió negociar con Wallis hasta acordar una corta lista de tareas sencillas, centradas todas en proyectos pequeños y limitadas a la planta baja. Ahí van:

- si bien no era nada de otro mundo, la primera resultaba ser MUY útil para poder luego avanzar el futuro cuarto de baño de la primera planta. Se trataba de quitar el resto de tubería de fibrocemento que quedaba de la antigua taza del water: un codo a 90º empotrado entre el falso techo y la pared, horrible, viejo y medio desconchado. Tras vaciar el cuarto de baño de la planta baja de nuestras cosas y reventarlo (el codo de tubería, no el cuarto de baño!) con martillo y mascarillas, pudimos extraer fácilmente los trozos y evacuarlos todos, no sin haberlos envuelto en triple capa de bolsas de plástico celladas con cinta americana... Con este paquete - y el correspondiente viaje al centro provincial de almacenamiento del amianto - nos quitamos de encima ya todo el peligroso material de casa, podiendo así empezar una nueva vida sin escalofríos ni pesadillas. La contrapartida se nos reveló a la noche del mismo día: dos agujeros enormes, por donde se escapaban irremediablemente todo el vapor y el poco calor que se lograba generar en el cuartito. ¡Adios hammam de nuestros más dulces sueños! El agua sí salía muy caliente y duchar se volvió una actividad algo más soportable, pero por lo que era de la temperatura del aire, aun nos faltaba para las 5* Gran Lujo.

un clásico del DIY un(t)raveling: los muebles de palets! aquí estanterías eficaces y robustas, con poco tiempo y un toque envejecido rústico.
- desde los primeros momentos del verano y la entrada en la casa, siempre mirábamos al pequeño armario de debajo de la escalera imaginando una despensa cuca, práctica y cómoda... No obstante, no llegaba nunca a ser un puesto digno de nuestros cuidados y atención, al haber siempre cosas más grandes, más importantes, más urgentes, más prioritarias o - simplemente - más más. También se fue llenando a lo largo de estos 6 meses** con mucha porquería por ordenar, cosas varias sin utilidad, objetos sin lugar definido, cajas de cartón por despachar, sobras de electricidad, electrodomésticos para tirar o reciclar, etc. Vaciarlo y limpiarlo integralmente nos ocupó todo el primer día de la tregua, sin prisa y aprovechando para tomar decisiones, tirar, reciclar o ressourcerie-ar. Luego vino el etapa de limpiar, lijar y tratar las bigas y el "interior" de la escalera, no sin haber rascado el rebozado, el suelo y las piedras del fondo del armario (las mismas que sobresalen en la callejuela de atrás - auténticas piedras de morrena glaciar, sobre las que está construido todo el pueblo). Tras aplicarle en dos pases una buena capa de rebozado tradicional "parisino" (hieso aligerado con cal), solo nos quedó fabricar e instalar unas estanterías de palets de estas que nos encantan y pasarles dos capas de aceite de linaza para dejarlas bien protegidas. El cuarto día, guardamos allí todo "lo de la cocina" que ocupaba lugar en el pasillo y pudimos volver a la cama a descansar.

jardín invernal con cada vez menos hiedra, un saúco y un avellano a medio podar y con Joan Manuel, el joven ciprés en su rincón románico.
- aprovechando uno de los escasos días soleados de estas vacaciones navideñas, le fuimos a dedicar unas horas al jardín ; aunque claramente no las suficientes si pretendemos arrancar con un huerto esta primavera. Pero bueno, siendo pragmáticos y aceptando lo que hay: estaba bienvenido cualquier esfuerzo invertido en limpiar los muros y el pie de los árboles, podar los frutales y avellanos, acondicionar el rincón #románico_mediterráneo de Joan Manuel (el pequeño, querido y muy bonito ciprés que plantamos en noviembre) o seguir erradicando la hiedra que invadió el jardín a lo largo de los últimos veinte años. También nos pusimos, aunque en otro día, más gris y frío, a ordenar un poco el hangar. Verán: en cualquier obra medianamente grande, si no se lucha activamente contra él, el caos termina absorbiéndolo y llevándoselo todo. Donde conviven materiales, herramientas, fungibles, animales, plantas, elementos y actividad humana generadora de suciedad y desechos, la entropía tiene las de ganar... ¡y lo sabe! Bien sea reagrupar herramientas, ordenarlas, hacer viajes y viajes y más viajes de "coger una cosa, llevarla a su sitio y volver a por otra", decidir "el sitio" de muchas cosas que aún no lo tienen, o hacer pilas de "cosas para subir arriba", "cosas para bajar abajo", "cosas para la déchetterie" y "cosas para el almacén de materiales que se pueden reciclar o pueden servir para luego", poner orden es una de las tareas más satisfactorias que hay en el mundo. Digo yo.

pequeña victoria sobre la entropía: hangar ordenado y limpio desde el almacén de maderas hasta el salón-comedor de verano.
- finalmente en estos días de vacaciones y fiestas, también nos visitaron amigos queridos. Teníamos muchas ganas de vernos, de que nos visitaran y de que conocieran la casa. Así que les avisamos, a los unos y a los otros, de la "relativa" precariedad de nuestra instalación, de nuestra ubicación a las afueras de la comfort zone y de la cruel ausencia de una cocina y un cuarto de baño decentes. También les avisamos de que faltaban espacios de los que se conocían habitualmente como "habitaciones"... Una vez puestas sobre la mesa estas cuestiones y ante su reafirmado entusiasmo, decidimos que sí, adelante, fueran a pasar un par o tres de días aquí con nosotros. Primero, fueron A. y M., de gira de navidad desde su lejana Rennes: compartimos días de frío, de mal tiempo, de no-poder-ir-a-escalar, de jugar a juegos al lado de la estufa (entre cuales el trepidante y estresante Pandemia, que nos encantó) y de comer bien. Un día después de marcharse ellos, llegaron C. y L. (nuestros queridos "vecinos" del Lauragais) con sus 2 adorables L. y J.,  a los que se sumaron los parisinos extraviados J.-B. y A. Todas juntas, despedimos el año informalmente, pero con buen humor, calor humano y unas tandas de Boggle acompañadas de infusión de tila muy pero que muy intensas: - ¿Un plan de noche vieja al estilo geriátrico? - ¡Pues sí, por favor!

la cocina, versión navideña: con el precioso dodecaedro estrellado recibido (con mermeladas y una calabaza) a cambio del viejo calentador.

Dicho eso y siendo "fríamente" realistas (nunca mejor dicho, ¿verdad?), tuvimos que reconocer que - sin sorpresas - el entusiasmo y las ganas de reencontrarse no lo podían todo ; de que existían unos mínimos de comodidad indispensables para la convivencia de cuatro adultos, ni hablar de la de seis adultos y dos niños ; y de que lo que en verano se puede gestionar fácilmente desde el hangar y bajo el sol, en invierno se vuelve algo más delicado. Aun así, les agradecemos muchísimos a A., M., C., L., J.-B. y A. su flexibilidad, su resiliencia y su buen rollismo ante una situación que anunciamos de antemano pero que igualmente era... demanding.

Lección aprendida, nos esperaremos pues a que vuelva el buen tiempo y/o a que la obra de la primera fase esté del todo terminada (o casi) para recibir más visitas.

¡Para el bien de todos! ;)


Con esto y con un gran abrazo
para entrar bien en el año
nos despedimos.

Volveremos en 2018
con más aventuras
¡Les queremos!
F. & W.


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Esto de las escapadas por el 63 (#ClermontFerrandrepresent), habrá que contároslo un día también. - ¿Contar Oslo? pero ¿Que tiene que ver Oslo con Clermont-Ferrand? se pregunta el otro que no se entera mucho. Y con la paciencia que nos caracteriza, le contestamos: - El frío polar, tienen en común. - ¿un Oslo polar, en serio? ¡Nunca hubiera imaginado que se puedan avistar osos polares en el Puy-de-Dôme! etc. etc. etc. La conversación puede seguir así por horas. No es mala persona pero a veces, no se entera. Y dice el Budista que no hay nada al fin de la pacienca: al fin de la paciencia, hay paciencia...


** Acerca de estos 6 primeros meses: pues sí, aunque nos parezca mentira o simplemente difícil de creer, ya llevamos unos 183 días, es decir la mitad de un año, desde que nos entregaron las llaves de esta gran y bella ruina de nuestros sueños. Medio año home(t)raveleando, y nos asombra ver fotos y recordar como estaba aquel 29 de junio. Sabemos que tardaremos muchos años más, pero también aprendimos que incluso para llegar al fin del mundo, hay que dar un primer paso y salir de casa… Así que, ¡seguimos caminando!


Sunday, December 17, 2017

home(t)raveling : mois 5... et 1/2!

À vos manteaux! À vos bonnets!


le jardin et le pain de sucre (glace!) aux premières heures de décembre!
Après s'être proposé (et vous avoir promis) en juin, de poster des nouvelles des travaux une fois par semaine ; après avoir claudiqué à la fin du premiers mois ; après avoir tenu le rythme de deux posts mensuels jusqu'à maintenant ; on manque finalement un rendez-vous et on vous pose, de fait, un lapin. Alors, non : on ne passera pas par la case départ, on ne recevra pas vingt mille francs, pas plus qu'on n'ira directement en prison*. On vient d'aterrir à la maison après dix jours plutôt intenses chez nos euskal patrons et amis en compagnie de nos clientes et amies les euskal brebis et les euskal vaches. On vous racontera. Bientôt. Une moitié de l'équipe a également fait un crochet express par le Puy-de-Dôme pour une session du D.U. de phytothérapie de l'Université d'Auvergne. On vous en reparlera aussi, d'ailleurs. Promis. Si on a le temps...

Du coup - et assez logiquement, au deumeurant - les travaux n'ont guère avancé en décembre pendant notre absence. C'est à la fois la norme et l'inconvénient quand on essaye de faire soi-même au lieu de laisser les clefs "à l'archi" et le boulot "aux corps de métiers". Pour plagier une vieille blague mysogyne que l'on ne raconte plus (à propos de changer une ampoule et de ces jours-là) : "- Combien de temps il faut pour auto-rénover une maison? - Ça prendra le temps que ça prendra, un point c'est tout!" Désolé. Après cette petite mise au point, on peut rentrer dans le vif du sujet: la fin novembre et le début décembre, marqués principalement par l'arrivée inopinée de l'hiver, la constitution d'un cabinet de crise et les solutions d'urgence envisagées (parmi elles, un repli stratégique vers, justement, notre chère Navarre). Dans la nuit du 30/11 au 01/12, voilà ce qui nous est tombé dessus (et bim!) et voici quelles étaient les mesures de lutte contre le froid à l'ordre du jour le matin suivant:

installation (par des fumistes professionnels et adorables!) du poêle à bois ; dans la foulée, montage du retour, côté gauche de la cuisine.
1- installation immédiate du poêle à bois au rez-de-chaussée: ça incluait le montage du second retour, symétrique de celui du frigo mais en béton cellulaire cette fois (pour cacher le raccord de conduit de fumées, créer un petit espace de rangement et délimiter la zone du plan de travail de la cuisine). Ça supposait aussi de fourrer un conduit de fumées dans le conduit en maçonnerie existant. Le boisseau et les chevêtres existants étant trop étroits selon la réglementation actuelle (14 cm au lieu de 17,5), il a fallu installer un "double peau" isolé - qui coûte un bras, soit dit en passant - mais on ne déconne pas avec la sécurité incendie. Pour le faire passer, il nous avait fallu grimper dans les combles et sur le toit la semaine précédente pour casser ou élargir un peu le conduit par endroits, préparer le socle de sortie, retirer le chapeau en place, collé au mortier avec des bouts de brique et emboîté sur... un vieux tubage en fibro-ciment tout pourri (ouaiiiis! et Futuna qui adore manipuler cette saloperie matériau bourré d'amiante...). Côté mur, on a enduit avec du plâtre allégé et posé 3 tablettes pour ranger du bordel petit matériel (petit bois, allume-feux, allumettes, balayette...). Côté cuisine, on a collé au mortier adhésif une plaque de BA13, fait les bords à l'enduit de finition et passé le tout avec la même sous-couche que le reste du mur et le plafond. Résultat propre et net, prêt à recevoir les (futurs, un jour, eventually) éléments de cuisine!

de "jour" (on ouvre les fenêtres pour ventiler, mais rarement les volets) comme de nuit, le Base camp: plafond à 180 et lit en 140.
 2- déménagement de nos quartiers (d'été) du second vers le premier étage: la chambre psychédélique** était toujours aussi chaleureuse, mais juste sous les combles non isolés, avec des trous dans le faux-plafond en lattis plâtré et des fuites depuis/vers la grange plein le palier. La température ces derniers temps y devenait difficile à supporter en dehors du lit, les opérations d'habillage/déshabillage étaient ni plus ni moins dangereuses pour la santé et l'humeur générale s'en ressentait douloureusement. Bref, on est descendus d'un étage et on a installé le Base camp dans la grande syn-chambre, pour quelques temps au moins... On a très vite constaté qu'avec la chute des températures, le petit chauffe-eau à gaz qu'on avait récupéré dans la cuisine, nettoyé, installé dans la buanderie et relancé au début de l'été, ne tenait plus la distance. Eau tiède pour faire la vaisselle et se brosser les dents, passe encore. Mais eau tiède pour se doucher quand il fait entre 8 et 11 ºC dans la maison, non! Du coup et dans la foulée:

en mode rétro devant le poêle et romantique dans "la penumbra parda de la pequeña alcova", Wallis & Futuna à l'heure du bain.
3- toilette/ablutions à l'ancienne dans le futur salon-salle-à-manger-cuisine: avec une vieille bassine de grand-mère, posée juste devant le poêle, de l'eau tiède du robinet chauffée à une température confortable sur la gazinière ou directement sur le poêle et un petit seau à la japonaise. On a adopté le système naturellement et avec un soupir de soulagement. Se contenter de peu, d'accord. Se geler le c-l, pas d'accord. On avait dit et répété qu'on ne s'installerait pas en bas tant que la grande salle du rez-de-chaussée ne serait pas finie, mais la réalité nous a bien vite rattrapés. Elle est devenue du jour au lendemain notre bureau et notre coin repas. Le frigo et la machine à laver y ont trouvé leur place, le tancarville aussi - à notre grand dam. Et en constatant qu'on pouvait facilement y être à 20-21 ºC, la tentation d'y descendre un lit a commencé à nous tenailler... Chaque chose en son temps! Pour l'heure, juste avant de partir au pays basque, il nous restait une chose à faire, un cap à franchir pour pouvoir débloquer la situation de la (future, un jour, eventually) salle de bain du premier. Un cap qu'on redoutait et qu'on retardait depuis quelques temps déjà. Procrastiner est l'un des postes importants d'un gros chantier, visiblement. Ou alors ça n'arrive que chez nous?

finitions de ponçage et huile dure sur les huisseries ; le wc "froid au c-l" et le chauffe-eau dans la buanderie ; la pièce à vivre tempérée.
4- descendre le wc du premier et installer un ballon d'eau chaude: dans le coin de la grange qu'on appelle la (future, un jour, eventually) "buanderie", pile là où on avait déjà commencé à poser les tomettes récupérées chez nos chers C. & L. (voir cet épisode précédent). Tant que le wc n'était pas descendu, on ne pouvait pas finir d'isoler ni préparer le sol de la sdb du premier ; donc on ne pouvait pas finir d'isoler ni préparer les murs de la sdb du premier ; donc on ne pouvait pas faire venir le plombier pour passer la tuyauterie. Pourtant, un vendredi, il nous a appelé pour annoncer qu'il viendrait le lundi suivant "dans la matinée" nous installer le chauffe-eau électrique. Une bonne chose en soi, sauf que c'était aussi le jour de notre départ pour le p.b. et que, si ça ne tombait pas exactement mal, c'était quand même un peu juste! Bon, en résumé on a eu le weekend pour déplacer le wc, sachant que le dimanche on accueillait la distribution d'une commande pour le groupement d'achat de produits bio et locaux auquel on a adhéré en arrivant ici.

le randonneur du rebord de la fenêtre: un bout de fil de fer entortillé très expressif!
Et que ça aussi, c'était une bonne chose en soi, ça nous faisait super plaisir et tout et tout. Mais ça voulait dire recevoir les livraisons de producteurs de bière bio, vin bio, jus bio, farines bio, miel bio, confitures bio, pâtés bio, papier toilette bio, savons bio, infusions bio, chocolat et café bio pour environ 50 foyers durant ces trois jours, les stocker par là et voir débarquer une vingtaine de personnes le dimanche pour répartir et emporter tout ça. Avec 2 ºC au thermomètre et 10 cm de neige dans le jardin! Ça s'est très bien passé, dans la bonne humeur et avec même un beau soleil, on a juste cru à un moment qu'on n'allait pas y arriver. On a quand même trouvé le temps de fignoler quelques bricoles (ponçage et passage à l'huile dure des cadres de fenêtres), histoire de dire... En faisant un tour dans la grange, genre "inspection avant de fermer pour deux semaines", on est allé saluer l'éternel randonneur de la fenêtre du grenier: un bout de fil de fer rouillé et tout enroulé, emmêlé et entortillé qui, de loin et dans le contrejour des volets entrouverts, nous évoque la silhouette d'un marcheur ou d'un pèlerin avec son bâton. Vous le voyez? Non? On n'hallucine pas, quand même! On l'a repéré cet automne et depuis on va le voir de temps en temps. Il n'avance pas très vite mais il est fidèle au poste...

des fermes accrochées à chaque flanc de colline, des brebis dans chaque ferme: le terrain de jeu du 2c15 s'étend à perte de vue!

Puis, comme la journée commençait à avoir duré suffisamment, on a fait nos bagages et on s'est couchés. Puis soudain, c'était lundi matin et le plombier est arrivé. Puis vers 14 heures, Wallis est partie. Puis peu après 16 heures, le plombier est parti aussi et Futuna a enfin pu se mettre en route. Puis on s'est retrouvés là-bas et on est vite allés se coucher. Puis soudain, c'était mardi matin et sur le coup de 8 heures, on était prêts à retrouver notre eremu jolasten favori: Egun on! Euskal herria ongietorria! Nola ari zara? etc. Mais ça, comme dirait Shéhérazade si elle s'appelait Leyre-azade, "beste istorio bat da"...


Allez, à bientôt,
et bon solstice au cas où!
musuak eta besarkadak
Futuna & Wallis


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* toute évocation d'un abject jeu capitaliste faisant l'apologie, sinon l'éloge, de la spéculation immobilière et illustrant avec cynisme les politiques d'urbanisme et le phénomène de gentrification de nos centre-villes, serait évidemment fortuite et ne reflèterait en rien nos convictions sociales, économiques et politiques. Mort au Monopoly!

** mais si, vous l'avez sûrement aperçue dans l'un des tout premiers épisodes de la saga de l'été... vous ne pouvez pas avoir oublié cette symphonie en orange et marron, ce papier peint unique, inqualifiable (et remarquablement conservé de l'outrage - irréparable - du temps, soit dit en passant) qui donnerait des cauchemars même à Alex DeLarge. Ou bien l'aurait-on jalousement gardé secret jusqu'à maintenant? Pour ne le révéler qu'au moment opportun? Un tel degré de machiavélisme de notre part serait-il possible? Jusqu'où s'arrêtera-t-on?


Saturday, November 18, 2017

home(t)raveling: semanas 19 y 20

¡tocando madera!

Eso es: tocando madera. Llegados a mediados de noviembre con la fleur au fusil (como dicen al norte del pirineo) o com un parell de bledes assoleiades i amb el lliri a la mà (como dirían al sureste del pirineo), sin estufa ni ventanas en la salita, hubo un momento en el que empezamos a cuestionar con legítima preocupación el realismo de nuestra planificación de la obra. Pero bueno, nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento y atrevernos nos hemos atrevido aquí: qui no risca no pisca!
el cal-cáñamo casi seco, la nevera en su sitio con sus estantes, la pared pintada
y el suelo limpiado unas 10 veces ¿qué faltará pues? tal vez un buen par de venta...
El objetivo (aparentemente razonable de antemano) de tener el espacio de la planta baja acondicionado - con cocina montada y demás cosas ya listas, además - se desvaneció ante la cruda (y bien fresquita) realidad. Otros dirían que se estrelló contra el paredón del invierno pirenaico. Total: llevábamos un retraso de la ostra y había que inventar un plan B. El frío había hecho una breve aparición a mediados de octubre, mostrando músculos y soplando su gélido aliento sobre el jardín y la gran ruina en la que pretendíamos pasar este primer invierno (y los siguientes, insh'Allah por muchos años). Eso nos llevó, pues, a instalar una estufiña provisional en el hangar, muy a lo basto, para seguir así disfrutando de nuestra cocinita provisional 'de verano' y tomando los desayunos, comidas y cenas al aire libre y con vistas... pero con un bienvenido calorcito y la satisfacción de ver bajar poco a poco la impresionante pila de maderas viejas y trozos de parquet carcomido amontonados en la granja.

Aun así, casi un mes después, ni con estufiña ni con ostras: el piedra-papel-tijera matutino para decidir a quien le tocaría salir de la cama, abrigarse bien y bajar al jardín a hacer el café se estaba volviendo un motivo de crispación, por no decir de feroces discusiones. Hubo entonces que rendirse ante la evidencia y tomar medidas de cortafuego. Instalar la cocina provisional 'de invierno' en los 5 metros cuadrados del recibidor, al pie de la escalera ; preparar e instalar la antigua pica de la cocina en la futura buanderie (lavadero) donde el calentador de agua y donde estas baldosas de barro tan bonitas recicladas de casa de C. & L. ; y sobretodo, ocuparnos de una vez de las ventanas de la salita que llevaban 4 meses muertas de asco, decapadas y firmemente sujetas con sargentos en unos caballetes debajo del hangar, esperando el tuning de doble cristal que les devolvería una segunda juventud... Reconocerán que así es como mejor cumplen con su papel de protección física, térmica y acústica de la vivienda, ¿verdad? ¿hein?

un clásico del DIY un(t)raveling: los muebles de palets! aquí eficaz y robusto, con poco tiempo y un toque envejecido rústico.
Yendo a lo fácil (y tirando pal monte: siempre nos han encantado los proyectos con palets), empezamos con la estructura para recibir la antigua y pesada pica que haría de safareig. Nada complicado aquí: robustos listones de palets, encajes rústicos, anti-carcoma y broux de noix (una antigua y oscura decocción de alguna nuez - oscura tanto por su color como por el misterio de su receta). Pim pam pum, como diría el amigo Gil, y marchando. Una vez hecho esto, y sin muchas escusas para NO empezar con la delicada tarea de tunear nuestras viejas ventanas, decapadas y tratadas con cariño, paciencia y perseverencia por la mayoría de los ayudantes del verano. Pero parecía como si nos retuviese algo. ¿El miedo a cagarla y cargárnoslas, tal vez? Pues podría ser, miren... Decidimos hacerle una pequeña ofrenda a la diosa de la dilación - a.k.a. procrastinación. Verán, con la visita de la Glustins Powers a principios de mes, quitamos la pared de separación (y de ladrillo) entre las dos habitaciones de la planta primera. ¿Será Amor vacui?

máquina infernal en acción ; cubo de serrín al mediodía ; salón tras un cuidado integral (también) ; antes vs. después in situ y sin filtro.

¿Qué mejor momento que este, entonces, para lijar del tirón todo el parquet de la macro-mono-habitación? Pim pam pum nuevamente: fuimos a alquilar la máquina infernal al señor aquel 'tan poco amable pero nos cae a un kilómetro de casa y tiene todo tipo de material super-hiper-mega-pro'. Aquel que nos mira cada vez con cara de "aiiish! estos dos pájaros que van de paletas" o como si fueramos a matarnos con su martillo neumático o yo qué sé. No queremos imaginar el susto que le dará el día que le vayamos a pedir la plataforma elevadora más alta de todas, preguntándole con la máxima ingenuidad donde están el embrague y el intermitente... En fin, esta vez, se trataba de pillar la máquina infernal esa, la que transforma los suelos de madera en serrín fino fino. Nos la dejó no sin recordarnos la suerte que teníamos de podérnosla llevar sin haber hecho reserva telefónica unos días antes. Apenas llegados a casa, le dimos al asunto sin miedo ni reparo: ¡toma! Y el parquet nos quedó fresquito, limpito, clarito, bonito. En una palabra, nuevo.

otra máquina infernal, aunque de un tamaño más razonable...
Al final, hay un momento, chicos, como bien sabe y dice John Rambo, en el que un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer (sic.). Así que una buena mañana de la semana 20, bebidos los cafés con leche preceptivos, sacamos la fresadora y no sin cierto temor, nos dirigimos al hangar y nos acercamos a las ventanas. El objetivo estaba claro: reemplazar la multitud de pequeños vidrios sellados con masilla vieja por un solo vidrio grande, de doble cristal. Pero evidentemente - ¿sino qué gracia hubiera tenido? -, conservando las maderitas y su encantador dibujo retro. Decidimos rebajarlas, juntas con el borde interior del marco por el lado que llevaba la masilla, hasta poder colocar el doble cristal, hundido al máximo sin comprometer la resistencia del marco. Si los vidrios originales eran de 3 mm de grueso, el doble cristal que pensábamos comprar era un "4-12-4" o sea, 2 vidrios de 4 mm cada uno, separados por una capa de gas Argón de 12 mm. Un cacho cristal de 2 cm de grueso y que pesaba más del doble del original. Lo podíamos encargar por internet, procedente de no sé sabe donde, o en una empresa local que lo fabrica a medida en 3 días. Una vez preparada la ventana, comprado e instalado el cristal, nos quedaba preparar y fijarle por encima un marco adicional para sujetarlo en posición. ¿Se entiende? Claro que no... Para esto están las fotos aquí debajo. Nosotros tampoco entendíamos bien bien cómo rayos habría que hacer, ni si funcionaría, ni si los marcos antiguos aguantarían el aumento de peso, ni de cuánto se podía rebajar la madera sin debilitarla demasiado, ni como íbamos a conseguir cortar a una profundidad perfectamente regular, ni si... Etc, etc.  Solo nos falta añadir que la fresadora era para nosotros otra máquina infernal más, cuyo manejo nos resultaba tan familiar como la puntuación en un partido de cricket o la cría del cuy para el consumo, por decir algo. Era como bailar con lobos en la oscuridad - pero sin Björk ni Kevin Costner - y por algo habíamos esperado tanto. Pero, venga, ¡vamos! Tienen aquí todo el (lento y doloroso) proceso en imágenes:

Siguiendo nuestra intuición y aprendiendo a base de equivocarnos, rebajamos primero la ranura exterior del marco y luego, las maderitas centrales cruzadas. Hubo experimentos por si empezar por la horizontales o por las verticales, ya que una vez rebajadas las unas, pierdes el punto de apoyo y la referencia de nivel para las otras. Hubo experimentos de hacer plantillas y carritos para deslizar la fresadora sin perder el nivel. Hubo pases y pases y pases milimétricos para intentar igualar el nivel exacto en todo el marco y para que no estallara la madera, versionando el chiste del tío que le quiere cortar las patas a la mesa y no termina de igualarlas nunca y la mesa acaba a nivel del suelo: momentos en los que "casi estába to' niquela'o y ¡jolines! la maldita tuerca de profundidad de la máquina infernal se aflojó con la vibración y justo se soltó y se comió demasiada madera y ahora hay que volver a rebajarlo todo hasta aquí otra vez".

Pero al final, una vez logradas unas ranuras razonablemente homogéneas y regulares, pudimos atrevernos a medir el tamaño definitivo y encargar los cristales. Fue necesario ir a recogerlos 3 días después con un colchón en la parte trasera del 2c15, sufriendo por si se iban a romper en el trayecto - ya que con lo que nos pretendían clavar para la entrega, ya no salía a cuenta hacer todo eso. Colocarlos bien en su sitio, acolchados con una goma aislante, e ir preparando los marcos adicionales*, colocar y clavarlos tras haberles pasado 3 capas de aceite. Y finalmente, instalar las ventanas y la puerta entre la salita y el recibidor de la escalera, cruzando los dedos para que no se partieran ni se cayeran por su propio imponente peso. Y aquí están, hechos con mucho amor y con muchísimas horas de trabajo. Ahora, cada persona que entra en casa nos pregunta "si sale a cuenta hacerlo en lugar de encargar ventanas nuevas" y respondemos que el total de los cristales sale más barato que el precio de una sola ventana nueva a medida. Y que las horas, las dedicamos porque queríamos hacerlo, aprender y sobre todo salvar las ventanas existentes que nos parecían muy bonitas y formaban parte del alma y el carácter de esta casa, con lo que para nosotros, valía la pena restaurarlas. A pesar de los días (y las noches) de trabajo (en el frío del hangar, con linterna!).

testimonio seudo-artístico de las sesiones de tarde bien tarde, apurando con la luz en el hangar, para acabar los marcos...

Entonces, es cuando nos miran raro y tras unos segundos de silencio, nos suelen decir algo como: "Igualmente, por el tiempo que debéis haber tardado, salía más a cuenta comprar unas nuevas, que además seguro que cierran mejor". Hasta hay quien nos dice que "las de PVC están bastante bien de precio hoy en día y además, puedes elegir el color y no hay que tratarlas ni barnizar ni historias así". Entonces, es cuando sonreímos y cambiamos de tema, porque al final, para gustos - justamente - los colores del PVC. Las mejores salidas a conversaciones un poco awkward en estos tiempos prenavideños, son: "Y qué caprichito tenéis en la lista para el Black Friday?" o "Os habéis enterado que sale el nuevo Star wars a mediados de diciembre? ¿Iréis a verlo?". O bien hablar del lindo gatito de los vecinos que se pasa la vida por el jardín e intenta domesticarnos para su exclusivo beneficio... ¡Malditos gatos!




Y ya está para hoy:
volveremos pronto
con más aventuras
y con el invierno.
Abrazos pa tod@s!
F. & W.


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Claro, nos faltó contar la aventura de no querer comprar cualquier listón de pino importado, porque ya que vivimos en una zona boscosa en la que hay un cerradero en cada pueblo y dinámicas de silvicultura sostenible, nos parecía importante encontrar madera frondosa que fuera bonita y local. También porque al decapar estos palimpsestos de laca grisácea, descubrimos unos marcos de castaño y roble preciosos y nos pareció que se merecían algo a la altura. Fue el cerradero Sanchez, en el pueblo de V., que nos propuso unas tablones de roble viejo bien seco que tuvimos que recortar en listones, lijar y pulir, fresar para ranurar y tratar antes de poderlos aceitar. Mismo tono y misma veta que los marcos, el resultado, para nosotros al menos, valió la pena.