Friday, February 7, 2014

Garduña que deja caer su huevo en el río

Ese primer martes de febrero anduvimos por el pueblecito de A. Salimos de buena mañana camino de nuestra primera parada: la casa del délégué. El délégué es un ganadero que se encarga de avisar de nuestra visita al resto de ganaderos de su municipio y de organizar el programa de trabajo del veterinario (nosotros): hoy tantas casas acá, tantas allá. A veces también nos acompaña para echar una mano. Pero lo que más le gusta es ponerse al día de las novedades en cada casa del vecindario:
Presentando el délégué.

— Ah! veo que has cambiado el tractor?!
— Pfff, eso dicen.
— Y… qué, cómo va?
— Boff, ninguno aguanta como los de antes.
— Y sino, cual es este concentrado que usas?
— Campeón completo. Tú?
— Engorde Royal. Y qué, va bien el tuyo?
— Ouh, sale caro...


Es bien curiosa esta habilidad que tienen para no contestar las preguntas:

— Bonjour, comment ça va? (buenos días, cómo va todo?)
— Et là? (y por allí qué tal?)

Esto de responder con otra pregunta…¿no será que los bascos de Iparralde son un poco los gallegos de la France? Y hay que ver como se hacen los misteriosos cuando les preguntas acerca de su ganado!

— Bueno, y entonces, tiene vd. carneros?
— Pues... sip.
— Ah, bien. Sabe cuántos?
— Pues... sip.
— Ah, bien. Le importaría decírmelo?
— Bueno... Igualmente no están aquí.
— Ya, ya. Pero cuántos tiene?
— Pues... es difícil... Vamos a ver... para qué lo quiere saber?

En fin, que llegamos a las nueve menos cuarto a casa del délégué para que nos indicara el orden de granjas del día y por lo visto él se acababa de ir (?!#!!). Por suerte, el padre del chico le llamó para que volviera y mientras esperábamos nos dio un poco de conversación:

— Toou! alors, hier c'était le vent du sud, ce n'était pas le vent d'ouest heureusement! Il n'y a pas eu de dégâts, parce que si c'était le vent d'ouest …Ya, ya, ya, yaaa! Aaah, ba, ba. Une fois, en plein hiver, ça soufflait (!!) ça soufflait, c'était fou: Et en altitude, qu'est ce que ça poussait! Pouta! Tah! Heureusement que hier ce n'était pas le vent d'ouest...

El délégué, que se había resignado a pagar el precio de acompañar al veterinario en una larga jornada para poder cotillear con todos los vecinos, se encontró a dos por el precio de uno (nosotros) y decidió sacarle partido al asunto. Además nos vio motivados para avanzar y no parar a tomar el café en cada granja, lo que le gustó (eso por ser un délégué joven: a los viejetes, les encanta parar en la cocina de cada ganadero a cotillear, ya no tanto con el ganadero mismo sino con la madre, o la suegra, que por lo visto, son las que saben las cosas... De hecho, nos pasó algún otro día que, al terminar con la última casa del día, el délégué nos dijo que allí sí que entraríamos a tomar la merienda. Mientras todos terminábamos ya nuestro café re-re-recalentado, él esperaba religiosamente su chocolate a la taza preparado por la abuela de la casa! Y encima nos comentó después que NUNCA se perdía el chocolate de la abuela...) En fin, que avanzamos bastante, siendo dos veterinarios y él, más la gente que había en cada granja, y metiéndole caña al asunto. Hicimos más de la mitad del trabajo por la mañana y le ofrecimos acabar solos a la tarde, liberándole de su deber.

Por la tarde, de vuelta a la clínica, ventanas abiertas y France Inter cantando música clásica, Carrefour de Lodéon, de Vivaldi a Williams:

(link no disponible ya, qué pena...pero os podéis imaginar una música triunfal con trompetas)

Poner la calefacción y la radio a tope con las ventanas abiertas, para ventilar el coche y desconectar, es un pequeño ritual al acabar la jornada de trabajo. Por delante del coche, mirando al oeste, hacia el océano, desaparece el sol por detrás de las crestas de Iparla. Ese mismo día, el contador de muestreo llegó a 2150 vacas, 3820 ovejas y unas 30 cabras, y los veterinarios de la clínica nos invitaron a tomarnos una semana de merecido descanso.

A la noche fuimos a cenar a casa de K, S y los polluelos J y D. Los polluelos nos esperaban ansiosos en su taller de experimentos para mostrarnos los progresos en el adiestramiento de una urraca capturada el año anterior:
— Fiutt! (Urraca, vuela) y la urraca viene a posarse en su brazo (bueno, y a buscar un grano de maíz que polluelo J esconde en su mano).

Nos cuenta que le dan tantos granos de maíz para adiestrarla que muy a menudo se los guarda en el buche y luego los esconde en algún rincón, para los días de escasez.

Las urracas (Pica Pica, de la família Corvidae) son aves muy inteligentes y curiosas. Si bien comen cereales, lombrices y lo que encuentran en los jardines, no les disgusta un banquete de carroña every now and then... De hecho, con mucha frecuencia son ellas las que encuentran en primer lugar a los animales muertos en el campo o en el monte. Pero la lana o el cuero no les permite alcanzar la carne. El escándalo que arman entonces - ¡de tanta frustración! - llama la atención y atrae al resto de aves (buitres y córvidos mayores, como la corneja) que con sus picos mucho más potentes pueden arrancar la piel del animal y dar por inaugurado el festín.


Reproducimos aquí con permiso del autor, el naturalista y dibujante Eduardo Saiz Alonso, una ilustración original de su libro "Diario de un viaje trashumante" (editorial Castilla Tradicional, 2011) que explica eso mejor que mil palabras. Escrito en formato de cuaderno de campo, está lleno de ilustraciones hermosas. Relato conmovedor de su experiencia acompañando a los pastores y sus ovejas merinas desde tierras extremeñas hasta la cordillera cantábrica por la cañada Real Leonesa Oriental (una de las rutas migratorias ancestrales de los rebaños en la Península).

Quizás por tener este papel de mensajeros alados de la muerte, mucha gente las detesta. La verdad es que con esas garras, este cuerpo anchote y musculoso y esas plumas lustrosas, dan un poco de miedo. Suelen tener muy mala leche y a veces les da por atacar a la gente (al pobre D. y a su padre K, para empezar), con especial predilección por la cabeza y los ojos… Brrr! Polluelo J nos habla a continuación de los buitres, que ya conocemos bien por encontrarnos a menudo por la paredes. A lo largo de los Pirineos se pueden ver, según la época del año: buitres comúnes (invaden el cielo de Iparralde cada vez muere una oveja), buitres leonados (reinan sobre mallos de Riglos), alimoches (colonizan el Quié de Sinsat) y entre otros.

buitre común desde el pico de Béhorléguy - (c) David OLIVIER 2014.
Pero más que con los escaladores, los buitres siempre han compartido la montaña con los pastores. Han sido desde los comienzos sus grandes aliados, devoradores naturales y baratos del ganado muerto en el monte. Juegan así un papel clave en el ecosistema, eliminando la carroño y limitando la difusión de enfermedades. Unos días atrás en la aldea de U., la mujer de un ganadero se nos quejaba de que, a raíz de la crisis de las vacas locas (que estalló en 1996), prohibieron abandonar los cadáveres de ganado en el monte. Unas empresas privadas se vieron atribuida la misión (lucrativa) de la recogida e incineración de los "desechos animales de riesgo". De riesgo para los buitres (cuyos estómagos de hierro y jugos digestivos corrosivos pueden con todo), desde luego no! De hecho, en 2014, quién se acuerda ya de la crisis de las vacas locas? Los buitres!! ...que andan más hambrientos que nunca. La misma mujer nos contaba que en alguna ocasión se les había visto sobrevolando alguna vaca y a su ternero recién nacido y sobrevalorando su estatus de carroña en porvenir.
BuitreSA, soluciones de limpieza.
Es más, aunque las autoridades y las asociaciones de protección de aves lo niegan, parece ser que cada vez que un accidente en la montaña termina con la vida de un excursionista, llegan mucho antes nuestros entrañables carroñeros que los socorristas. Y la verdad es que trabajan con extrema minuciosidad (ver foto a la derecha). Lo irónico de todo esto es que el buitre, al ser una especie protegida, se beneficia de costosos programas de protección que incluyen ayuda alimentaria con restos de animales procedentes de mataderos. Hay que ver las caravanas de voluntarios y becarios con sus másters en biodiversidad, pateándose los GR de los Pirineos con mochilas llenas de carcasas animales procedentes de mataderos… (para leer más sobre este tema, un par de links aquí - en castellano - y ici - en français)

En fin, volviendo a nuestros polluelos naturalistas: el momento más esperado de la noche fue la proyección de sus vídeos de animales silvestres grabados con una cámara trampa que esconden en el bosque. Vimos garduñas, zorros, ginetas, corzos, cuervos… ¡incluso cazadores! Todos ellos pillados in fraganti: un minuto de gloria para cada uno (ya que la cámara tiene sensor de movimiento y grabación automática). Presentamos aquí su video estrella hasta la fecha, cuyo título ya lo dice todo "Garduña que deja caer su huevo en el río":


Por si algunos no están en absoluto familiarizados con la vida salvaje, merece la pena decir que las garduñas, hasta la fecha, son animales vivíparos y que "su huevo" se refiere al cebo que los polluelos habían colocado para atraerle... y a la mejor cena que hubiera podido imaginar. No que seamos especialmente malos, ni que nos alegre la desgracia ajena, pero nos gusta muchísimo ver como se precipita por la orilla y como, en el último segundo, se ve su cola por allí, cuando salta en una desesperada operación de recuperación de su cena... Con estas imágenes dignas de National Geographic, cerramos el noticiero y volveremos pronto con más historias desde Iparralde.

1 comment :

  1. Bises les beaux travailleurs!
    Pas de grandes nouveautés sur Barcelone!
    Passionants textes comme d'habitude!
    Guillem

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