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Friday, March 6, 2015

Deshilachados: entre (It)acá y otra parte...

Como ya contamos en su momento, hubo un momento a principios de enero en el que nos encontramos de repente sin nuestra casa rodante. La quisimos vender y tuvimos bastante suerte: la vendimos rápido. ¿Demasiado rápido? Tampoco es que teníamos donde ir a parar, a pesar de las habituales casas de familia y amigos. Y aunque se esté muy, pero muy bien en casa de familia y amigos, no son exactamente lugares para quedarse mucho rato... Especialmente en invierno, cuando hace frío y lo que más apetece es moverse poco, abrigarse mucho y quedarse cerca de la estufa todo el día, mirando por la ventana las montañas nevadas, los renos que pastan y cosas así. Uno de nuestros himnos, evocado alguna vez ya en estas columnas, es la Canción de las simples cosas de la gran Chavela Vargas, maravillosamente versionada por Concha Buika y Chucho Valdes:

"Uno vuelve siempre, dice, A los viejos sitios, Donde amó la vida"

D.O. Somontano: ermitas colgadas entre canales de regadío y viñedos.
Y eso es precisamente lo que se nos dio por hacer este invierno: entre tener la casa metida dentro del coche y tener el coche aparcado delante de casa, tuvimos un extraño paréntesis de varias semanas en las que flotamos - apátridas y sin rumbo - entre viejos sitios donde amamos la vida. Con el proyecto de buscarnos una madriguera de alquiler en algún rincón de algún valle pirenaico, emprendimos un mini-recorrido de casas conocidas, de brazos acogedores, de nostalgias adormecidas y de hogares adoptivos... Con dos mochilas y una manta de acrílico a bordo del 2c15 mínimamente acondicionado (pero todavía mucho más austero que el viejo TRANSITion!), la carretera se convirtió en una especie de soma, una especie de droga de textura espesa que difuminaba el frío y la falta de destino concreto a base de kilómetros de paisajes petrificados.

El señor de todas las Catalunyas en pleno ataque de esplendor!
Parecía que las siluetas del Canigó, de Ordesa, del Ossau o del Pic d'Anie se nos apresuraban todas contra los cristales a la vez ; como si el tiempo y las distancias se borraran en el desfile lento de ríos y valles por los retrovisores... Las indicaciones de los carteles: Prades, Jaca, Tremp, Pau, Figueres, Pamplona, Aspet, La Seu... iban perdiendo el significado al pasarnos en el borde de la carretera. Se volvían sonidos familiares pero confusos, oraciones mil veces repetidas: unos salmos a la gloria de aquellas deidades arropadas en la nieve y el olvido. En ningún caso permanecían como referencias tangibles de nuestra divagación invernal... Liberados de las normas topográficas, buscábamos algo a lo que agarrarnos. Siempre nos quedará el Pirineo, parecía decir nuestro ir y venir por la falda de los valles, aunque no tuviéramos ninguna idea clara de qué hacer de Él. Para quien vive o ha vivido cerca del Pirineo, su eje es más bien un centro. Centro de gravedad o de rotación. Centro del mundo, tal vez... Raíz, también. Más que frontera, el Pirineo es puente. Y son muchas las orillas que une su arca de piedra. Con cariño y algo de paciencia, con un poco de tiempo y con lo suficiente silencio, cada una de ellas se deja domesticar. A cada una se la puede llegar a llamar hogar: Pyrénées-Orientales, Catalunya, Ariège, Andorra, Haute-Garonne, Hautes-Pyrénées, Aragón, Pyrénées-Atlantiques, Nafarroa, País vasco... de mar a mar, y vuelta.

Desayunando en el gran Café Iruña, bocadillitos de jamón contra vientos y mareas.
En estas pocas semanas, cruzamos y transitamos de arriba abajo, en ambos sentidos (y hasta a veces en diagonal) la mayoría de sus provincias. Como huyendo hacia quién sabe donde, dos Ulises (¿o serán dos Uliseses?) que ya ni recuerdan la islita llamada Ítaca que andan buscando... En país vasco como en Eea, la isla de Circe, hace tiempo ya que han cambiado a los marineros por cerdos (with all due respect...). A algunos nostálgicos de la pesca del bacalao puede que les disguste escucharlo pero lo que hay que reconocer, es que sí entienden de jamón... Saben más incluso al Sur de Ibañeta que no al Norte, a pesar del orgullo con el que te hablan allí del Kintoa o de la D.O. Ibaïona. En fin... Por eso quizás y porque la estación de Pamplona o el gran Café Iruña son lugares de aquellos donde amamos la vida, decidimos volver unas semanas a trabajar por las Iparraldias.

El perro pastor educado: si no te puede morder, por lo menos te saludará. 
Hacer temporada de pique (se trata de saneamiento de ganado estacional, una tarea veterinaria a la que dedicamos tradicionalmente parte de los meses de enero, febrero y marzo) allí ya es casi una tradición. Y en épocas de no tener según qué cosas bien claras, las tradiciones son algo demasiado sólido como para no agarrarse de ellas! A pesar de un tiempo particularmente feo, de nevadas y lluvias torrenciales, inundaciones, carreteras cortadas y árboles arrancados ; a pesar de (y como consecuencia) encontrarnos al rebaño de ganaderos de una mala leche de millésime, reconocimos allí caras y rutinas familiares, así como algún que otro nuevo amigo peludo siempre dispuesto a enseñar la patita... o el colmillete. Allí entre vacas y ovejas, se trabaja de lunes a sábado al aire libre, lo que quiere decir: a la intemperie y no hay excusa que valga para escaparse. Por eso y con semejante dieta, si toca mal tiempo el domingo también, uno no se siente culpable por quedarse en la cama! Aun así, puede que la promesa de unas grandes mareas y un sol tímido te inciten a bajar hasta el océano para "aprovechar" algo del fin de semana. ¡Ingenuos! Una vez traducida, la propuesta suena a algo así como: "pasar frío en los diques abandonados, cazar fotos de faros como otros cazaron molinos de viento hasta finalmente no poder más con los latigazos del viento salado que hace vibrar un mar color de boquerón en salmuera, con aromas de mejillón pasado y vuelos de bolsas de plástico"... Y después de tanto pinchar y tanto vacunar a tanto y tanto ganado, después de ir y venir tantas veces por las mismas cuatro carreteras de los mismos cuatro pueblecillos, después de repetir tantas veces "Hola! Qué hay? Como le va la vida? Están las ovejas? Las tiene preparadas? Cómo que no le habían avisado? Vale, vale, me espero. No hay problema!", una buena mañana llega el último día y a la tarde de repente se acabó, terminó, ya fue.

La desembocadura del río Adour contra vientos y mareas, nunca mejor dicho.
De todo aquello, solo te quedan ropa para lavar y unas mochilas por hacer y nuevamente, allez hop! a la carretera. Solo que ahora, te llevas en el coche un recuerdo tenaz y persistente de aquel mundo rural tan entrañable. Hay historias de veterinarios que después de unos años de trabajo con su coche lo intentan vender y no pueden, de la peste sofocante que desprende. Parece que han curado millones de quesos de leche cruda allí dentro... En nuestro caso y con las temporadas cortitas que hacemos, no es nada que unos árboles mágicos no puedan solucionar. En el supermercado de la esquina, nada más salir de la clínica, te venden estos ambientadores con forma de bandeja de Euskal Herria y olor a manzana verde que hacen milagros... además de garantizarte un encuentro cálido y entretenido con la policía foral o la guardia civil nada más cruzar Ibañeta o el túnel de Aragnouet-Bielsa. No vamos a poner aquí palabras que hagan saltar los robots de la NSA, pero hay una cosa que no deja de fascinarme en las brigadas anti-terrorismo de dichos cuerpos: "Si fueramos t-----istas cruzando el Pirineo con el fin de reunirnos con otros t-----istas o cometer un acto de t-----ismo, ¿de verdad piensan ustedes que lo primero que se nos ocurriría sería colgar una bandeja vasca del retrovisor del coche robado en el que transitamos? ¿De verdad en sus talleres de formación específica, en esto les enseñan que tienen que fijarse?" En fin, cambiemos de tema que acaba de pasar un drone sobrevolando el huerto. De nuevo: colladas, nieve, valles, el Midi de Bigorre como un hito: Adiós Aquitaine! Hola Midi-Pyrénées! ¡Cuánto tiempo! Una y otra vez, el camino se retuerce y se pisotea a sí mismo. Que sensación más extraña, la de dar vueltas así. Lo mismo que hacíamos por el barrio en Barcelona, hace un año y medio. Una eternidad. Solo que ahora hay donde perderse, donde jugar: el patio se extiende de mar a mar.

El Lauragais: luz de fin del mundo y árboles fantasmas. 
A propósito de andar pasando una y otra vez por el mismo punto, decía nuestra querida Clara algo así como: "si te da la sensación que tu vida va en círculos y no estas avanzando, cambia de punto de vista. Pronto verás que se trata más bien de un espiral!" ¡Gracias Clarita! A mi, la línea de nuestras andanzas y vagabundeos me recuerda un trazo en cursiva: bucles grandes y pequeños, redondeando con pluma y tinta las curvas de cada letra... Como si al final se tratara de escribir la propia historia  a lo largo del camino, a base de andar, andar y andar. Y acá estamos otra vez: no muy lejos de Toulouse, entre Ariège, Aude y Tarn. En esta franja de tierra barrida por los vientos, que parece estar dudando siempre entre mar o montaña, continente o mediterráneo, occitán o catalán, lenguadoc o rossellón... Nos ponemos a buscar una madriguera en serio, adivinando en costras de queso de oveja el nombre del pueblo donde iremos a parar. ¡Venga! decidnos algo... Una pista, al menos... ¡Venga! La primera letra del pueblo ¿sí? Igual nos sería más fácil buscar en una playita de arena de la cuna de algún fresco torrente, una jabalina amamantando a sus jabatos, para decidir que allí nos instalaremos. ¿Y por qué no? Por lo menos eso en alguna ocasión se hizo, y con cierto éxito además. Bueno, no me extraña que los oráculos no se hayan quedado eso de las costras del queso entre sus métodos favoritos: los cuervos y el poso del café hablan más y no son tan sibilinos! Al final no hay que darle demasiada bola al ¿dónde?: Nicolas Bouvier decía en L'usage du monde que "lo importante no es llegar a ninguna parte, desde luego se trata de irse". Así que tarde o temprano aparecerá una tierra donde naufragar el 2c15 y sentarnos en un bacno a mirar la puesta del sol... de hecho, puede que ya la hayamos encontrado y esribamos esas líneas desde acá... pero schh! eso es otra historia!)


Deshilachados: entre (It)acá y otra parte...


Saturday, January 10, 2015

de Lost in transition à Lost… sans TRANSITion!

le voilà tout frais acheté au printemps 2012...
Après presque 3 ans de bons et loyaux services, on s’est séparés de notre cher TRANSITion! La décision n'a pas été facile à prendre dans la mesure où il occupait une place assez conséquente dans notre vie. Sans doute la perspective de passer un deuxième hiver au froid a-t-elle précipité un peu les choses, mais les projets et les envies de poursuivre ce non-voyage d’une autre manière, à un autre rythme et sur des modes différents nous soufflaient depuis quelques temps déjà qu’on aurait besoin d’une autre coquille d’escargot, plus légère et minimaliste. De celles qui savent disparaître et se fondre dans le décor. De celles dont l’année de mise en circulation sent bon les affres de l’adolescence, les albums grunge et une certaine idée du kitsch. De celles qui passent partout - à tous les sens du terme: le propre, le sale et le figuré. De celles enfin qu’on peut abandonner en chemin pour continuer sac au dos si les conditions l’exigent ou si le cœur nous en dit... Du coup, après quatorze mois de quotidien à son bord et sous son aile, on a pris la décision de le vendre et de réapprendre à vivre sans lui.

...lors de sa première sortie: en Camargue et avant travaux.
Alors c’est vrai, le bilan d'un an sur la route, c'est qu'on était déjà un peu Lost in Transition, ayant découvert (parfois avec amertume) l’envers d'un décor alternatif aux modèles durables en carton-pâte et aux acteurs trop souvent dans des postures empruntées, opur ne pas dire carrément dans des rôles de composition. Car dès qu'on gratte un peu, les contradictions passées sous silence font un vacarme assourdissant. Trop souvent, l'anti-système, l'alter et le décroissant se bornent à boire du thé éthiquable labellisé BioCoop', mais restent convaincus que les marchés s’auto-régulent et que loin de chercher à réduire les inégalités, il faut s'efforcer d'être toujours du bon côté de la fracture sociale tout en cultivant un style chic et écolo de bon ton. On en a soupé, des yuppies sortis du circuit qui comptent sur des séminaires de coaching pour quadragénaires en quête de sens (et/ou sur des escadrons de wwoofers bénévoles) pour faire leur beurre, mais affichent une image sympa de néo-paysans bio-bos sur les réseaux sociaux! Finalement, c'est idiot tellement c'est évident: l'alternative cesse d'en être une au moment où quelqu'un découvre qu'il peut lui coller une étiquette avec un prix. Pardon à tous ceux dont la démarche est sincère et l'engagement quotidien réel, qui s'évertuent à vivre autrement, dans le respect et en toute discrétion. Enfin... voilà que du jour au lendemain on s’est retrouvés Lost sans TRANSITion! (pardon pour le jeu de mots, il fallait bien le placer à un moment ou à un autre). En gros, c'était pareil qu’avant mais en version tout nus: sans la coquille, sans le véhicule, sans le foyer et sans l'option rassurante du "s’il fait mauvais, si on est fatigués, en retard, en avance ou juste pas d’humeur, on peut toujours s’enfermer dans le camion, se mettre en pyjama avec des fourrures polaires et des bonnets, faire un thé ou une soupe avec un poireau et un caillou et se mettre sous les couvertures avec un (bon) film". Ça peut sembler une blague, mais on a pris conscience brutalement de la place que le TRANSITion! avait fini par occuper dans notre quotidien : tanière, premier rempart et dernier retranchement. Le seul endroit qui n’était la maison de personne, le salon de personne, la chambre d’amis de personne, le sofa de personne ni la résidence secondaire de personne, pour aussi à l’aise qu’on s’y soit sentis. Bien sûr, on pourrait considérer que c’était un peu la villégiature au soleil (ou sous la pluie, cf. un long weekend de non-escalade à Calamès) de notre cher A., mais c’est un peu différent...

...il est passé par ce stade (merci à M. pour son atelier à notre disposition!)
À l’heure de la vérité, on ne savait pas trop à quoi s’attendre sur le marché de l’occasion, surtout en période «de crise»* et pour un véhicule équipé certes avec amour et beaucoup d’amour, mais aussi et surtout en mode DIY par deux amateurs (pour ne pas dire novices). On a beaucoup appris, il faut le reconnaître – plein de choses à faire et quelques-unes à ne pas faire ; citons pour mémoire "bien vérifier le schéma électrique du véhicule avant de percer ou visser quoi ce soit à la tôle, les faisceaux de câbles ayant horreur des forets et autres vis perforantes trop familiers". Passons… On s’est vite rendu compte qu’il y aurait peu de possibilités au sud des Pyrénées, pour plein de raisons qui ne vous intéressent pas forcément (ou justement si? dans le désordre, donc : budget intermédiaire – trop pour un vieux van douteux équipé casero, pas assez pour un Westfalia avec douche et climatisation, apparemment les deux seules catégories du marché d’occasion espagnol ; particularités du CT espagnol pour les fourgonnettes en Espagne  – tous les 6 mois pour un véhicule de plus de 10 ans et une tolérance très limitée aux aménagement non homologués. En résumé, il n'y a pas de véhicules équipés-maison-mais-propres-et-encore-en-bon-état et ça n'encourage pas les acheteurs potentiels).
...puis par celui-ci.
On a donc décidé de l’immatriculer en France. C'était plus facile à tous points de vue, même s’il s’avérait qu’on n’arrivait pas à le vendre et qu’on devait le garder. On passe sur les formalités, relativement simples en définitive puisqu’il nous a suffi de faire exactement ce qu’on nous disait, d’acquitter où, quand et ce qu’on nous demandait, de présenter les pièces qu’on nous signalait sur une liste longue-comme-un-jour-sans-pain-mais-sans-équivoque,-aussi, d’envoyer les courriers et justificatifs had hoc aux services had hoc en n’oubliant pas l’enveloppe pré-remplie dûment affranchie pour le retour des certificats réclamés. L’Administration n’est finalement pas une maîtresse ingrate, on s’est dit: elle récompense ceux qui obéissent au doigt et à l’œil sans jamais poser de question, froncer un sourcil ni s’écarter de la ligne adhésive tirée d’une main experte sur le lino gris (ou la moquette élimée) du sol de ses couloirs. Les problèmes commencent quand (i) on veut gagner du temps, (ii) être plus malin que le protocole, ou (iii) corriger une erreur qu’on aurait remarquée. Parce que (i) le seul temps qui compte, c’est le Sien; (ii) si Elle a créé un protocole c’est précisément pour suppléer nos intelligences défaillantes ; et (iii) Elle ne se trompe pas. Point.

Enfin… assez facilement, la veille de noël, un TRANSITion nouveau nous fut donné ! Il est né le di-van enfant : immatriculé en France dans le Tarn, révisé et nettoyé qu’on aurait dit un premier communiant dans son costume blanc tout immaculé.
...avant de finir à peu près comme ça.
Faute d’une étoile du berger à laquelle se vouer pour le plan de comm’, on l’a annoncé sur un célèbre site de petites annonces qu’on ne nommera pas parce que le bon coin n’en a pas besoin, il est déjà bien assez populaire comme ça. Et en fait, à partir de là, tout est allé très vite! Quelques mails, quelques coups de fil, quelques rendez-vous pour des essais et puis un beau matin... On a à peine eu le temps de sentir nos estomacs se nouer que D. nous avait fait des bises chaleureuses, s’était installée bien confortablement derrière le volant, avait démarré sourire aux lèvres et s’éloignait sur la bretelle du périphérique direction Bordeaux, Nantes et finalement Brest – d’où elle était descendue en une longue nuit de covoiturage et où elle retournait sans plus attendre. Il paraît que sa petite famille en cours d’agrandissement l’a très bien accueilli et tout de suite adopté. Il paraît aussi qu’il s’est très bien adapté au climat breton. Nous on est contents de le savoir en de bonnes mains et résonnant déjà de rires et de projets de voyages… Longue vie au TRANSITion! et à tous ses passagers passés, présents et futurs! On emporte avec nous beaucoup de backyards et autres endroits improbables et in-touristiques par lesquels il nous a trimbalés, rangés en désordre au fond d'un petit album... ** 

untraveling quelque part entre Estremadura et Portugal, en août 2012...




Bref, on l’a plus.

Il nous manque un peu bien sûr, et puis on regarde par la fenêtre de notre terrier récemment inauguré et on voit le jardin couvert de neige et on se dit que déjà qu’on a froid à côté du poêle, alors qu’est ce que ce serait serrés autour du camping-gaz à la lueur d'une lampe frontale! Et comme la nature a horreur du vide, on a déjà comblé cette lacune dans notre vie itinérante... mais ça, c’est une autre histoire qui commence avec une nouvelle année au numéro tellement emblématique qu’on n’en croit pas nos vœux! Bonne route à tous en 2015!





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* pardon pour les "quote marks": chaque fois que je mets un mot ou une expression entre guillemets, j'ai l'image du Dr. D'enfer en train de concevoir un nouveau plan machiavélique depuis le fond de sa base secrète qui me traverse l'esprit, fulgurante, et je me mets à rire tout seul, petit plaisir dont on ne saurait se priver par les temps qui courent..


** re-pardon, sans doute parce que ça faisait longtemps qu'on ne publiait pas, on vient de réussir le petit prodige de coller un lien vers chacune des sections du blog dans un seul post! Ah non, il manquait encore la section de randonnées et escalades! mais ça, c'est fait...


Wednesday, January 29, 2014

on ira dormir sur vos canaps!!!

Le mois de janvier est déjà bien avancé - au prix qui plus est d'une supercherie temporelle puisque nous sommes déjà en février, mais chu! que ça reste entre nous - et on entend ici et là quelques voix qui se plaignent du manque de régularité dans le récit de nos aventures... Les conseils ne tombent pas dans de sourdes oreilles, loin de là, qui nous disent qu'il vaut mieux 2-3 phrases pleines de sagesse tous les 5 jours qu'un (bon) roman chaque mois... C'est bien gentil mais encore faut-il les avoir, les 2-3 phrases pleines de sagesse à coucher ici accompagnées de quelques photos. Bon, on prend note et on essaye, en tout cas. Le réveillon est passé, la côte de boeuf digérée: place aux bonnes résolutions. 2014, année des visites aux amis, année du squat' de sofas, année des chambres d'amis, année du CouchSurfing, année des hôtes bienveillants! (mais si, vous aurez le choix...)

(Suite au décès tragique de notre appareil photo, et en attendant son remplacement,
il n'y aura pas d'images, ou presque, pour accompagner ce post. La rédaction d'Un(t)raveling 
vous présente toutes ses plus plates excuses pour ce désagrément...)

On a donc choisi 2 premières victimes - il en fallait bien - autour de Toulouse, et par un beau samedi gris, froid et pluvieux, on est allés retrouver M. et G. ainsi que l'adorable Lélé, 4 ans et demi. M. est une amie de longue date de Wallis, qui vit avec G. et Lélé dans le Gers à une grosse demi-heure de Toulouse. Après de loooongues années sans se voir, les retrouvailles ont été plus que chaleureuses. Le bon vin de G., le poulet fermier de M. et le grand chantier de pâte à modeler de Lélé nous ont tenu occupés au coin du feu dès notre arrivée. Lélé est une chef de travaux exigeante et sans pitié: "Qu'est ce qu'on pourrait faire avec cette boule verte? Qu'est ce que tu as fait de la boule bleue? C'est quoi ça?  Pourquoi vous avez mis un collier au renard? Maintenant, il faudrait faire un ours terrifiant... Mmmh, il n'est pas vraiment terrifiant cet ours. Maintenant, il faudrait mettre tout le goûter sur un grand tapis! Maman, il est un peu nul ton arbre, il ne fait même pas d'ombre!". Je dois avouer que ce dernier commentaire est sans doute celui qui a fait le plus mal... Bien. Dudit grand chantier de pâte à modeler, nous avons conservé une image en forme de preuve, ou de témoin, que les archéologues de l'un(t)raveling pourront exhumer et étudier à loisir dans un futur plus ou moins éloigné. Les fruits de cette session intense n'auront hélas pas survécu longtemps à la fièvre créatrice (et destructrice) de notre Kali en herbe gersoise. Si la baleine sourit au premier plan du cliché, c'est parce qu'elle a trouvé grâce aux yeux de Lélé dès sa création. Un coup de foudre, en quelque sorte. On a même pu expliquer que si le parapluie a des baleines, la baleine, elle, a des fanons, sorte de bouche d'égoût qui lui permet de filtrer le plancton dont elle se nourrit...

Wallis, Futuna et Lélé présentent: "la ménagerie imaginaire
présente: petit goûter entre amis dans les bois".
Plus tard, et sous l'oeil bienveillant de notre ménagerie imaginaire, une opération coup de poing de chasse à la souris (j'y reviendrai) et un itinéraire touristique dans les environs sous une pluie battante (j'y reviendrai aussi) nous ont permis de nous dépenser suffisamment pour oser retourner au coin du feu, ouvrir quelques bouteilles de plus et nous lancer sous la direction de M. dans un atelier frénétique de préparation puis de mangeage d'authentiques crêpes bretonnes (i.e. sucrées mais au beurre salé)... La chasse à la souris étant d'ailleurs tout à la fois une étape préalable à la préparation des crêpes et une conséquence de la découverte de curieux orifices circulaires à la base des paquets de farine, découverte qui fut accompagnée, après une inspection méticuleuse des étagères de la réserve à provisions, de celle, non moins inattendue, d'un véritable itinéraire de randonnée murine consciencieusement balisé de cairns de petites crottes de la taille d'un grain de riz complet... On aurait pu écrire un traité d'alimentation de ces adorables rongeurs simplement en dressant l'inventaire de ce qui avait été grignoté (farine évidemment, 2 paquets ; galettes Saint-Michel ; feuilles de lasagnes précuites ; quelques pois chiches secs, ) ou non (les sachets de sucre vanillé et de levure Vahiné ; le muesli intégral ; les macaroni Lustucru ; les céréales Jordan's aux fruits rouges!!! c'est pourtant les meilleures céréales du monde. Je précise qu'un(t)raveling ne reçoit AUCUNE subvention d'aucune sorte de la part de Jordan's - en tout cas pas à l'heure de publier ce post...). Passons... Nous avons pu établir le trajet de cette intrépide sourisquetout à travers la cloison du placard, derrière le four, sous l'évier et jusqu'à une grille d'aération donnant sur le jardin. Au vu des quantités de farine prélevées, nous avons déduit que le charmant petit rongeur avait organisé dans le plus pur style Breaking Bad, l'approvisionnement et la distribution de farine pour tous les consommateurs du quartier. L'exceptionnelle réactivité de G. et les conseils avisés du M. Bricolage du coin lui ont permis d'acquérir sans délai un piège redoutable, souvent connu sous le nom de "tapette" à souris. Si quelques chiens de garde des ligues LGTB nous lisent, ce qui me surprendrait, ils apprécieront l'utilisation subtile de mots-clef tendancieux qui - une fois tirés de contexte - pourraient facilement nourrir un climat déjà prêt à faire déborder le bol... Du coup, par souci d'équité et pour si la NSA nous suit - je n'ai pas vraiment de doutes à ce sujet, d'ailleurs -, je ne résiste pas à la tentation de lui donner un os à ronger: insurrection / airjacking / communistes/ terrorisme / complot / djihad / révolution / poil. Voilà, ça, c'est fait, notre blog vient d'entrer dans le siècle. Glissons... Le piège a fonctionné au-delà de nos attentes: le lendemain matin la souris était morte (et il semble qu'il n'y en avait qu'une, puisque plus aucune crotte ni aucun larcin ne sont venus perturber le quotidien paisible de nos amis isle-jourdanais depuis), et loin de nous en réjouir, nous avons tous ressenti une sourde culpabilité en constatant combien il avait été facile de se débarrasser de telle somme d'intelligence, d'audace et de créativité murines. Ô l'affliction des causes désespérées! Ô les sanglots des opprimés! Ô la funeste victoire des puissants! Enfin, tout ça ne nous a pas empêchés de faire les crêpes, ni de les manger. Ô l'amnésie des vainqueurs!

On a visité l'Isle-jourdain, son musée d'art campanaire, ses toulousaines en briques, le luxueux hôtel art moderne de Claude Augé, éminent lexicographe de la maison Larousse et ses lacs et plans d'eau toujours au bord du débordage... On a poussé jusqu'à la ravissante et singulière bastide de Sarrand, au plan circulaire, où les arches de briques de la Librairie-Tartinerie et le chocolat chaud fumant de son Noé local ont su nous sauver du déluge! Un véritable refuge de montagne de livres, une ruche toute pleine de beaux rayons dorés: littérature infantile, art et histoire, cuisine... Mais surtout un beau gros rayon de manuels et guides de la décroissance, des énergies renouvelables, de l'autarcie souriante et du potager malin. Une librairie de Transition, des concerts et des tartines: que demande le peuple?

Voilà pour le Gers: Ah, non! On me signale en coulisses que ma mémoire est défaillante et que me devais de citer ici, et de proposer un lien vers, la MEILLEURE ADRESSE de FOIES GRAS DE CANARD et autres PRODUITS CONFITS associés de tout le Sud-Ouest. Le fait qu'il s'agisse de l'entreprise familiale des parents de G., et que nous ayons été largement soudoyés avec des bocaux de leur production ne doit en rien faire douter de mon impartialité sans tache, ni de mon absolue bonne foi(e gras) dans cet article! De l'autre côté de Toulouse, presque symétrique, on a fini le weekend en retrouvant avec plaisir le charme de Lanta et les bras ouverts de C., L. et leur petite Loulou. Juste à l'heure pour le goûter, un peu de slackline sur la place de l'église en regardant le coucher de soleil, puis déjà le moment de l'apéro. On a eu droit à un des petits plats magiques et envoutants de C., dans lesquels le lait de coco, la citronnelle et autres secrets volés à la cuisine thaïlandaise revisitent et colorent des classiques de chez nous à la cocotte...  En exclusivité et en espérant qu'elle ne nous en voudra pas, on vous livre ici la recette secrète de son curry frais qui déchire trop sa race!


La recette secrète du curry frais de Clém' qui déchire trop sa race (babam!):

D'abord, dans le fond de la cocotte, elle fait revenir miel et beurre jusqu'à obtenir un caramel assez liquide (on vous laisse trouver les proportions correctes).
Ensuite, elle y saisit la viande (celle que vous voulez, faut vous émanciper un peu, quoi!)
Puis elle déglace ça avec un verre de vin blanc avant de baisser le feu (on vous avait prévenus: cuisine de chez nous, mais tissée), couvrir et laisser mijoter.

Pendant ce temps, elle prépare son curry frais avec:

- 1 échalote hachée très fin,
- 2 graines de cardamome,
- 1 zeste de citron et 1 d'orange,
- 1 noix de gingembre frais rapé
- moutarde en poudre 
- cumin, muscade, cannelle et curcuma en poudre
(débrouillez-vous pour le reste des quantités, on peut pas non plus tout vous dire)

Elle travaille ce mélange au pilon dans un mortier (si, comme ce fut le cas ce jour-là, le pilon a disparu dans un déménagement, un rouleau à tarte fera l'affaire!) et le verse dans la cocotte.
Elle passe la sauce au chinois après une dizaine de minutes (le curry est assez puissant et il ne faudrait pas qu'il bouffe complètement le goût de la viande) et finalement, elle la rallonge à la crème fraîche ou au lait de coco. Voilà!

Ceux qui ont eu la chance d'y goûter doivent être pris de convulsion en y repensant. Les autres peuvent toujours saliver en espérant y avoir accès un jour...

Des amis, une bouteille de vin et une bonne tranche de conversation avant d'aller au lit, les Pyrénées dans la lumière du matin par la fenêtre de la chambre d'amis, des bises et des sourires au café au lait pour le p'tit déj: que demande le peuple? On est repartis vers l'Ariège et on a, en vain, essayé de retourner escalader deux jours... (les obsessions sont une mauvaise habitude et un vilain défaut, je finirai par le reconnaître. L'hiver est fait pour manger gras et rester au coin du feu, je finirai par l'accepter). Il a bien fallu, finalement, abandonner notre TRANSITion! à l'enclos, le troquer contre la Yaris et se mettre en route pour le pays basque, non sans faire une petite halte à Pau, où nous attendaient une nouvelle maison pleine de nouveaux amis et un gros gros weekend. Je n'avais pas revu L. depuis longtemps, très et trop: depuis sa dernière visite à Barcelone et un rapide café en compagnie de sa mémorable gueule de bois de ce jour-là! L. travaille maintenant à Pau comme kiné et vit en coloc' avec 2 autres filles et David, dans une magnifique et très grande maison en plein centre, à 2 minutes du Centre Bosquet et à 2 minutes, dans l'autre sens, de l'appart où vivaient mes grands-parents. Sensation curieuse que celle de repasser après des années, dans les rues où l'on passait pour aller faire les courses avec Odile. J'étais gamin et on cherchait des farces et attrapes au coin de la rue où l'on se gare avec Wallis en ce milieu d'après-midi couvert, non sans être passés avant par le casino et le boulevard des Pyrénées, histoire de saluer l'Ossau et de se dire que décidément, il faudra qu'on y monte ensemble un de ces jours. Les colocs de L. sont adorables, leurs ami(e)s, les ami(e)s de leurs ami(e)s, leur compagne/compagnon aussi et tout ce petit monde semble vivre une vie idyllique entre apéros, dîners et barbeuc à la maison, courses en commun au marché du coin, kébabs délicieux et autres petits concerts au pied du château. Ils nous invitent d'ailleurs à goûter et participer à tout ça, dans le désordre: apéro, coup à boire, dîner, kébab délicieux, courses en commun au marché du coin, barbeuc et petit concert. Je découvre une Pau que je ne connaissais pas. Je ne résiste pas au jeu de mot foireux: je fais Pau neuve! Désolé... De retour du marché, le samedi midi, Matias, dont les racines argentines ne sont pas là pour faire joli, prend le contrôle du barbecue et nous prépare un asado qui met tout le monde d'accord. La soirée arrive toute seule et on se retrouve tous autour d'un verre (et plusieurs) et d'un concert de "flamenco fusion" plutôt fumeux. Ce sera peut-être la seule fausse note du week-end. En plus, la plupart des collègues de travail de L. sont espagnols, ainsi que beaucoup des clients du bar... et la banda est, comment dire, modérément convaincante. Tant pis... On va se coucher avant tout le monde, comme souvent, mais L. nous accompagne pour ne pas être obligée de faire le chemin toute seule: dans mon souvenir, on est passés par une sorte de tunnel de verdure sous la ville, une douve ou un tunnel de métro moyen-âgeux à ciel ouvert, entre très beau et très inquiétant. D'accord, on n'était pas frais, mais je me souviens qu'on marchait tous les 3 en regardant nos ombres se dilater et se contracter au rythme des rares réverbères et qu'on s'est fait la remarque que c'était typiquement le genre d'endroit où tu ne croises personne, mais où tu n'arrives pas à décider si c'est finalement rassurant ou inquiétant, de ne croiser personne! Bon, après une nuit de sommeil réparateur et un long petit déjeuner à parler à voix basse, on assistera même, le dimanche matin, à la formation et à la toute première sortie d'un nouveau trio de motards (du dimanche - avec tout le respect qu'ils méritent et avec toute l'envie qu'ils m'ont donné, à 11h30 sous un soleil printanier, en partant roue dans la roue pour aller brûler un peu de gomme sur les petites départementales vers Arudy, Laruns et la vallée d'Ossau...).

On laisse L. à son dia de menuda resaca et on prend la route du Pays Basque: à Saint Jean nous attendent les clefs de la clinique (cachées dans une enveloppe cachée comme toujours dans un lieu que je ne peux, évidemment, pas révéler), quelques semaines de prophylaxie et de nouvelles aventures, mais ça, c'est une autre histoire.